Con un debut sorpresivamente malo, la Selección Argentina comenzó el Mundial de Rusia 2018 con muchas dudas empatando ante los primerizos islandeses con una clara falta de aparición de Messi. Islandia logró el 1-1 y el arquero cineasta le atajó un penal al 10 histórico del Barcelona.

Las críticas llovieron tras el dudoso estreno argentino en Rusia 2018 y se acrecentaron tras el desastroso encuentro con Croacia. El equipo más difícil del grupo D goleó a los dirigidos por Sampaoli y el 3-0 teñía de negro el destino de la Selección.

La supuestamente sencilla clasificación se convirtió en un desafío que pronto los medios comenzaron a tildar como los "dieciseisávos de final". La presión hacia los jugadores, tanto desde la AFA como de la prensa, se potenció gracias a todo el pueblo argentino que deseaba una victoria para alegrar el triste panorama económico nacional.

Y Marcos Rojo logró el milagro. En un partido agónico, con un gol de Messi pero un empate 1-1 de los veloces nigerianos, el tanto de Rojo a los 41' del segundo tiempo consiguió el gran pase a octavos de final y se festejó como si se hubiera conseguido la Copa.  

Con la esperanza renovada y nuevas energías, la Selección llegó a Kazán para el nuevo desafío: enfrentar a Francia, en un partido que bien podría ser una final de Mundial. Y así lo fue, para Argentina fue el partido final.

En un show de goles de un lado y del otro, empezaron perdiendo ante un gol de Griezmann que pudo dar vuelta Di María en un gol para el recuerdo.

Tras el entretiempo empatados, la caída llegaría en el segundo tiempo con tres tantos de los ágiles franceses que hicieron notar su juventud en la rápidez de las salidas. Mbappe es la razón de las lágrimas argentinas

Se terminó la ilusión, finalizó la carrera mundialista y se retira un histórico Mascherano ante la tristeza de 40 millones de argentinos. Ahora, ¿quién debe pagar por este trágico desempeño?