El papa Francisco continúa recuperándose de una infección respiratoria que lo obligó a ser internado y sería dado de alta este sábado.   

De acuerdo al último parte brindado por el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni, la jornada del pasado jueves "transcurrió bien" para el Sumo Pontífice, "con un curso clínico normal".   

"Por la noche, el papa Francisco cenó, comiendo pizza, junto a quienes lo asisten en estos días de hospitalización: médicos, enfermeras, los auxiliares y el personal de Gendarmería", detalló el breve comunicado difundido por el Vaticano.   

Y agregó: "Esta mañana, después del desayuno, leyó algunos periódicos y volvió al trabajo".   

Según lo informado por Bruni, "el regreso de Su Santidad a Santa Marta está previsto para mañana, tras los resultados de las últimas pruebas realizadas esta mañana".   

El portavoz del Vaticano confirmó que si Francisco regresa a casa el 1 de abril, participará al día siguiente en un servicio religioso por el Domingo de Ramos, un acontecimiento importante en el calendario de la Iglesia que da inicio a las celebraciones de la Semana Santa.   

La Semana Santa incluye una apretada agenda de rituales y ceremonias que pueden resultar físicamente agotadoras, incluida una procesión nocturna del Viernes Santo por el Coliseo de Roma.   

El decano del colegio cardenalicio, Giovanni Battista Re, ha dicho que un cardenal ayudará al Papa durante las celebraciones de la semana y se ocupará de las tareas del altar.   

El año pasado se puso en marcha un sistema similar, cuando el Papa se sentó a un lado durante algunos actos de Pascua debido a un persistente dolor de rodilla, dejando que los cardenales más veteranos dirigieran las misas.   

Francisco, que celebró el décimo aniversario de su pontificado a principios de este mes, ha sufrido una serie de dolencias en los últimos años. Fue hospitalizado por última vez en julio de 2021, cuando le extirparon parte del colon en una operación destinada a tratar una dolorosa enfermedad intestinal llamada diverticulitis.   

"Las pruebas y las fatigas de la vida —vividas en la fe— contribuyen a purificar el corazón, a hacerlo más humilde y, por tanto, más dispuesto a abrirse a Dio", tuiteó el Papa el viernes.