Pese a la sequía y gracias a la devaluación, baja el rojo de la balanza comercial e ilusiona al Gobierno
Si bien el 2018 cerró con un déficit de US$3,8 mil millones, la cifra disminuyó un 54% respecto al 2017, y aferrándose a la idea de estabilidad, el Ejecutivo se esperanza para lograr alcanzar un superávit comercial en 2019.
El informe anual del Indec sobre el comercio exterior confirmó que las exportaciones superaron los US$61,6 mil millones, mientras que las importaciones llegaron a US$65.4 mil millones.
Si bien son números negativos, hay una lectura que genera expectativas al gabinete del presidente Mauricio Macri.
El 2018 fue un año con sequías para el campo, con pérdidas de hasta US$6 mil millones y dos corridas cambiarias. Aún así, el déficit disminuyó más del 45% respecto al de 2017, que por aquel entonces se posicionaba en US$8,3 mil millones.
Con Brasil, Estados Unidos y China como principales socios comerciales y una devaluación que favorece a las exportaciones, este futuro económico ilusiona al Gobierno, porque después de tres años, podría volver a haber superávit.
En enero, tras varios golpes económicos, con el desplome de todos los sectores productivos, desde la Secretaría de Agroindustria anunciaron una cosecha récord de trigo para 2019, que representaría un ingreso de US$4,4 mil millones.
La misma, que será la mayor en la historia del país, representa un 4,1% más que 2018 y será la apuesta del Gobierno para equilibrar la recesión y dar revancha a la crisis. Con este escenario sin sobresaltos, Macri podrá seguir enfocándose en su campaña para la reelección.