En una noche para el olvido en el Quicken Loans Arena, de Ohio, los Cleveland Cavaliers perdieron la tercera final de la NBA por 110-102 ante los Golden State Warriors, quienes quedaron a solo un triunfo de revalidar el título conseguido en 2017 y 2015.

Los locales, al igual que en los juegos previos, mostraron una gran incapacidad para acompañar la calidad de LeBron James, el mejor jugador del mundo, y poder pelear contra el mejor quinteto de la liga.

Los Warriors, en cambio, dieron una muestra, una vez más, de la enorme clase que tienen en cada puesto y de que, pese a algunas tibias performances como la de Stephen Curry esta noche, siempre aparece alguna individualidad que conduce al conjunto californiano al máximo.

El regreso de Andre Iguodala y los 43 puntos de un magnífico Kevin Durant alcanzaron para contrarrestar a LeBron James

El regreso de Andre Iguodala y los 43 puntos de un magnífico Kevin Durant alcanzaron para contrarrestar al mejor del mundo, que terminó con un triple-doble de 33 puntos, 10 rebotes y 11 asistencias.

El cuarto -y quizás último- juego será el próximo viernes, otra vez en el Quicken Loans Arena. En el caso de que los Warriors consigan un triunfo igualarán la marca de los San Antonio Spurs, quienes, en la final de 2007, también liquidaron 4-0 la serie ante los Cavs.