El fútbol vive momentos de plena ebullición. En medio de la disputa del poder, Alejandro Fantino, empleado y vocero de Daniel Vila a la hora de operar sobre cuestiones políticas y deportivas, instaló un tema que viene haciendo ruido hace tiempo: la posibilidad de que se privatice el fútbol.

#MarinPrivatizador fue el hashtag que se convirtió en tendencia y se coló entre los tópicos más importantes del momento, como el escándalo de los cuadernos y las coimas que sacude a exfuncionarios kirchneristas y empresarios.

El exgerenciador de Racing, integrante de la Secretaría de Deporte, había lanzado la iniciativa de implementar las sociedades anónimas en el fútbol, un proyecto que cuenta con el guiño de la Casa Rosada. "Las sociedades anónimas en el fútbol son una integración al mundo", había señalado en abril de este año, alentando la privatización de los clubes.

En este sentido, Fernando Marín justificaba su visión y entregaba sus argumentos: "Hay clubes que no pueden continuar con sus economías y pueden transferirse a sociedades comerciales”.

¿Cuál es la ofensiva de Fantino? Un supuesto plan del Presidente y Marín para privatizar el fútbol que aún sigue vigente. O al menos instalar la idea otra vez para empezar a evaluar el rebote en los diferentes equipos y presionar a los dirigentes para cumplir con la obsesión del primer mandatario: convertir a los clubes en sociedades anónimas.

“Usted es un defensor del modelo de sociedades anónimas, que es cuestionado por muchos. ¿Por qué conviene imponerlas?”, le preguntó el periodista Sebastián Fest a Marín en una entrevista publicada el último fin de semana en el diario La Nación.

“No conozco ningún hincha en ningún club del mundo que haya cambiado de camiseta por el hecho de que su club se convirtiera en una sociedad comercial. Las sociedades anónimas no deberían ser obligatorias, pero sí deberían ser posibles. Son los propios socios de los clubes los que deben tener, en asamblea, la posibilidad de decidir. Y lo que no se puede permitir es que existan las sociedades anónimas encubiertas”, justificó Marín. Claro sobre oscuro: quiere privatizar los clubes argentinos.

“Hay que sacar a la gente como Marín del fútbol”, dijo Fantino en radio La Red.

El contraataque de Fantino contra Marín no es casual y toma fuerza por la insistente intención de Daniel Vila, empresario argentino y dueño del multimedios América, de poner un pie en la Asociación del Fútbol Argentino. Sucede que Vila nunca pudo vencer a Julio Grondona y tampoco logró penetrar con fuerza en la actual gestión, bajo la conducción de Claudio Chiqui Tapia.

Marín, gerenciador de Racing entre 2000 y 2006, luego de la quiebra del club en 1998 bajo la presidencia de Daniel Lalín, se convirtió en el apuntado del periodista que conduce Animales Sueltos. “Hay que sacar a la gente como Marín del fútbol”, lanzó.

A sus 78 años, tiene un proyecto que lo desborda de ilusión: traer el Mundial de fútbol de 2030 al Río de la Plata. De fondo, a su vez, insiste con el plan en conjunto con Macri de privatizar el fútbol. Fantino plantó la bandera junto a Daniel Vila y abrió una batalla que golpeará las puertas del poder en el fútbol argentino.