No perder. Esa parecía ser la premisa de Boca ayer en Tucumán ante Atlético. No tanto por los 6 puntos de ventaja con los que llegaba respecto de su perseguidor inmediato, Talleres de Córdoba, sino más bien por el lado emocional. Tras el cachetazo en la final de la Supercopa contra River, el Xeneize no podía permitirse otra derrota.

Boca volvió a quedar en deuda desde lo futbolístico, pero desde el empuje y la actitud no hay nada para reprocharle. Buscó un empate más que merecido y lo consiguió sobre la hora. Con dos cambios obligados (Más por Fabra y Ábila por Cardona -los dos colombianos habían llegado a las cinco amarillas la semana pasada frente a Tigre-), el equipo de Guillermo salió a la cancha con prácticamente los mismos once que el miércoles cayeron contra River. Sus supuestos mejores hombres.

El gol de Javier Toledo en el último tramo del primer tiempo fue un baldazo de agua fría que puso al Xeneize contra las cuerdas. Boca podría haberlo empatado rápido, pero Wanchope no estuvo fino en la definición. Así, de a poquito y medio a los tumbos, Augusto Batalla se fue convirtiendo en figura.

En el inicio de la segunda mitad, Boca buscó por todos los medios la igualdad. Una de las claves fue el ingreso de Emanuel Reynoso en lugar de Leonardo Jara. Boca se lanzó completamente al ataque y dejó huecos en defensa que no fueron aprovechados por Atlético Tucumán (Acosta no debe haber podido dormir después de haberse perdido el segundo debajo del arco). En los pies de Bebelo, justamente, estuvo una de las mejores chances: un zapatazo que Batalla mandó al córner. Fue él también quien, sobre el final, sufrió el penalazo que Darío Herrera no vio.

Tanto ir y buscar tuvo su recompensa en tiempo de descuento con el gol de Walter Bou (que había entrado un ratito antes por Emmanuel Más), que volvió a convertir después de aquel Superclásico que terminó 4 a 2 en cancha de River en diciembre de 2016. La Panterita se sacó la mufa y Boca salvó un punto importantísimo.

¿Qué conclusiones dejó este partido? Ante la ausencia de Benedetto, y más allá de algunas falencias técnicas, Wanchope Ábila es el 9 titular. Y Bou vuelve a mostrarse como una opción válida para los últimos minutos. Bebelo Reynoso empezó a mostrar por qué se interesaron en él y Tevez sigue en falta, lejos del nivel que tenía cuando se fue a fines de 2016. Párrafo aparte para Guillermo Barros Schelotto que, a diferencia del miércoles pasado en Mendoza, no tardó en hacer cambios y le salieron bien.

Tras el receso por la fecha FIFA, el Xeneize jugará la primera de las finales anticipadas en La Bombonera ante Talleres de Córdoba, que junto a Independiente (al que enfrentará dos semanas después en Avellaneda) parece ser uno de los que pueden arruinarle la fiestita. Si logra salir airoso, será muy difícil frenarlo.