A lo Boca
Así se definió alguna vez a esos triunfos sudados, trabajados, conseguidos de manera heroica en partidos trascendentales. Esa parece ser la fórmula del Boca de Guillermo Barros Schelotto en las últimas tres fechas. Luego de la victoria agónica ante Tigre y el empate frente a Atlético Tucumán, el Xeneize regresó a La Bombonera y se quedó con tres puntos de oro en una final anticipada contra Talleres de Córdoba.
Durante los 95 minutos, Boca mostró todas esas caras de las que venimos hablando semana a semana. Se puso en ventaja gracias a una jugada memorable de Cristian Pavón, aunque para la estadística el gol haya sido de Walter Bou. Un rato después puso en evidencia sus falencias defensivas y permitió el empate transitorio de Carlos Quintana. En el segundo tiempo, como de costumbre, con más huevos que claridad, fue a buscar un resultado que consiguió en tiempo de descuento. La suerte de campeón, le dicen.
Ya lo dijimos: Boca parece no tener rivales, pero a menudo tiene que enfrentarse a sus propios fantasmas. Es un equipo que se equivoca poco, pero que paga carísimos esos errores. El duelo contra River por la Supercopa fue una prueba de eso: un penal tonto y un contragolpe que no fue cortado a tiempo fueron suficientes para perder el, hasta ahora, partido del año. Fallas así se ven en las pelotas paradas, en las que Boca sufrió varios de los pocos goles en contra que tiene en este campeonato.
La principal virtud de este plantel es que casi siempre logra sobreponerse a las adversidades. Y eso es porque de la mitad de cancha para adelante es otra cosa. Los del medio rara vez juegan para el aplazo y arriba siempre tiene a alguno que lo salva. Sin Tevez, Bou fue la referencia de ataque durante gran parte del partido. La Panterita cumplió con su gol, y aunque no participó tanto del juego, cuando le tocó hacerlo respondió. En el segundo tiempo, Bebelo Reynoso levantó su nivel y Wanchope Ábila se presentó como una opción válida: al igual que contra Tigre, de sus pies partió el centro del triunfo.
Párrafo aparte para Pablo Pérez, el héroe de la tarde, que venía de un flojo partido y festejó su gol a pura puteada contra un plateísta que le había recriminado la falta que derivó en el empate transitorio. De eso se va a hablar toda la semana (porque esto es Boca), aunque un rato más tarde el jugador se mostró arrepentido. Caso cerrado.
Con 9 puntos de ventaja sobre el segundo (que pueden ser 8 si San Lorenzo le gana el partido pendiente a Independiente este miércoles) y con 18 en juego, Boca tienen la oportunidad de, de una buena vez por todas, liquidar el campeonato. Para eso será clave una serie de buenos resultados en los próximos tres partidos de la Superliga: Defensa y Justicia, Independiente y Newell’s Old Boys. En el medio, claro, los duelos coperos contra Junior de Barranquilla y Palmeiras.