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Para la diputada, el verdadero dilema de la discusión está en la propiedad del cuerpo. "Si es así, puedo disponer de un embarazo, pero también puedo disponer de la venta de un órgano. También está la posibilidad de hacer un racismo de elección. No me gusta una humanidad elegida. Me gusta que todos seamos diferentes y nadie pierda la vida", arguyó.