Tras el pedido de Nicolás Maduro para que el papa Francisco asuma el rol de mediador en la disputa internacional que atraviesa Venezuela, el cardenal Baltazar Porras, la autoridad eclesiástica de mayor rango de ese país, aseguró que no será una opción viable. 

En medio de una crisis económica, social y política, el Gobierno venezolano había enviado hace días una carta a la Santa Sede, esperando una intervención que propicie la calma en este momento de tensión.

Años atrás, el Vaticano había intentado ser parte del diálogo entre partes, pero finalmente no hubo resultados. 

Venezuela: rechaza la Iglesia local el llamado al diálogo de Maduro y peligra la mediación de Francisco

Ahora, Porras aseguró en diálogo con Radio Continental, que Maduro pidió ayuda porque "se ve apretado, con el agua al cuello” y aclaró que la petición es imposible porque la actitud del chavismo de no avanzar en acuerdos en aquel momento fue "una burla”. 

El religioso venezolano también apuntó contra Maduro y afirmó que no sólo "llama a sus amigos de países que no son del todo confiables para la causa de la democracia” sino que además "se quiere conversar con los de afuera y no se conversa en absoluto con los de adentro”.

También se tomó el tiempo de aclarar que no existe ninguna diferencia entre el clero venezolano y el Papa, y que el Episcopado del país bolivariano cuenta con el completo apoyo del Vaticano.

"Le hemos dicho al Gobierno que si quiere dirigirse al Santo Padre que está muy bien, pero primero debe pasar por nosotros porque hay una total sintonía”, puntualizó y opinó que si la situación social empeora, se agravarán las violaciones a los derechos humanos. 

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En la misma sintonía, Juan Guaidó, reconocido por unos 40 países como presidente interino de Venezuela, le pidió a Bergoglio que le solicite a Maduro que abandone el poder.

El opositor planteó la necesidad de "ir hacia un proceso de transición ordenada” para estabilizar al país y manifestó que la autoridad religiosa tiene suficiente altura moral para facilitar el proceso.

Frente a las declaraciones cruzadas, tras sus viajes a Emiratos Árabes Unidos y a Panamá, Francisco había expresado en ambas oportunidades su deseo de intervenir en la resolución del conflicto para que suceda de forma pacífica.

Maduro en tanto, deberá esperar una respuesta formal de la institución para proyectar una salida diplomática.