Representó el corazón del negocio del Grupo Indalo. Oil Combustibles era el eje del negocio de la empresa de Cristóbal López, quien se encuentra en prisión por evasión impositiva. Hoy, finalmente, YPF se quedó definitivamente con la petrolera por una suma de US$85 millones.

Según pudo saber elCanciller, el negocio incluye una refinería en San Lorenzo (Santa Fe), una red de estaciones de servicio y el sistema logístico con el que se despacha combustibles desde esa ciudad.

Oil Combustibles quebró hace cuatro años y su futuro era incierto. Entre los interesados a quedarse con la compañía se encontraban la petrolera rusa Lukoil, Shell, Pan American Energy, de la familia Bulgheroni, aunque finalmente presentaron ofertas formales Trafigura y la empresa bajo control estatal.

A su vez, entre los grandes acreedores se encuentra la AFIP, que ahora tendrá la posibilidad de cobrar más deudas. Desde junio pasado, Oil Combustibles era gerenciada por YPF en sociedad con Dapsa por decisión del propio juez Cosentino a través de un dictamen.

US$85 millones por Oil Combustibles: pierde Cristóbal su empresa emblemática del Grupo Indalo a manos de YPF

Cristóbal López, antes de caer en prisión.

Este contrato le permitió a YPF garantizar la disponibilidad de productos de alta calidad, a precios de mercado y en condiciones de competitividad para los operadores de estaciones de servicio de Oil, tomando a su cargo el riego de la operación comercial.

La situación de Cristóbal López es bien compleja. Hace una semana, la Cámara Federal de Casación Penal ratificó la legalidad del encarcelamiento preventivo del llamado "zar del juego", Cristóbal López, al rechazar este lunes un recurso de su defensa para discutir su libertad en la Corte.

Tanto López como su socio Fabián de Sousa habían apelado el fallo de la misma sala de Casación -con otra integración. Es que Petrone y Barroetaveña aún no habían asumido sus nuevos cargos en la Justicia.

La maniobra por la que serán juzgados López y De Sousa refiere a la retención que Oil Combustibles hacía del Impuesto a la Transferencia de Combustibles (ITC) como agente autorizado cada vez que vendía nafta o gasoil en estaciones de servicio pero que no derivó durante años a la AFIP por una cifra aproximada de 8 mil millones de pesos.