"Yo estoy acá gracias a ustedes, que son mis amigos y que siempre me bancaron cuando yo estuve muy mal, entonces ahora todo el esfuerzo que hago es para que durante muchos años más, estemos todos juntos peleando porque yo pueda volver a ser feliz adentro de una cancha". El testimonio provino de un gimnasio de la Ciudad de Buenos Aires, en un día lluvioso, y fue viralizado en el año 2016, meses antes de que Juan Martín Del Potro provocara el primer cimbronazo en su retorno al tenis, tras la resonante victoria ante el entonces número uno del mundo Novak Djokovic en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, hoy convertido en un inobjetable campeón del US Open.

El argentino, tributo al amor propio y ejemplo de superación, ya había afrontado cuatro operaciones en sus muñecas, tres en la izquierda y una en la derecha. Esta semana, su sueño alcanzó el punto de ebullición y resonó desde uno de los palcos del estadio Arthur Ashe. "Olé, olé, olé, olé, Delpo, Delpo", arengaban sus amigos de toda la vida. "Saben que acá se termina el viaje, tienen que volver a laburar y yo me voy a tomar un descanso. Llegué a una final después de tantos años, con ellos acá, todo está siendo particular e inolvidable, nos llevamos un recuerdo para siempre", valoró días atrás.

Pero, ¿qué hay detrás de esta histórica temporada del tandilense? ¿Qué modificó para retornar a los primeros puestos del ránking mundial?

Sebastián Prieto tiene mucho que ver con este auspicioso presente de Delpo. Luego de su espectacular regreso dos años atrás, que incluyó la fabulosa coronación en la Copa Davis y la medalla de plata olímpica, los tropiezos y los vaivenes se habían erigido como un patrón para el argentino. Sin entrenador estable desde 2015, momento en el que cortó un vínculo de ocho años con Franco Davin, se encontró con el exdoblista en agosto de 2017 y ensayó el vínculo en Flushing Meadows, hace exactamente una temporada. Allí, alcanzó las semifinales tras derrotar al renacido Roger Federer, instancia en la que sucumbió a manos de Rafael Nadal. 

Del Potro había arribado al torneo como número 24 del ránking mundial. A partir de ese entonces, edificó un destacable sprint final del calendario -con 18 triunfos y cuatro caídas, incluído el título en el ATP de Estocolmo-, con el que quedó a la puerta de ingresar al tradicional torneo de maestrosque reúne a los ocho mejores tenistas de cada año. 

"Prieto tiene experiencia, estuvimos cinco, seis torneos juntos y mi nivel aumentó, eso me da una motivación para seguir trabajando juntos", declaró el tandilense en diciembre pasado en diálogo con ESPN. Tras algunos altibajos en los dos primeros meses de 2018, se alzó con el título de Acapulco, lo que fue un preámbulo de su consagración en el Masters 1000 de Indian Wells, el primero del rubro en su carrera, y de las semifinales alcanzadas posteriormente en Miami. El tenis furioso que evidenció a lo largo del año lo depositó en las Semifinales de Roland Garros y en los Cuartos de Final de Wimbledon, en ambos encuentros derrotado por el colosal Rafael Nadal, líder del ránking.

Una temporada de éxitos: Sebastián Prieto, artífice de la metamorfosis de Del Potro

La injerencia del nuevo coach en su juego se visibiliza principalmente en la recuperación de su revés a dos manos, deteriorado tras las operaciones en la muñeca izquierda. Del Potro se liberó paulatinamente del slice y se reencontró con los winners de réves paralelo, sumando así variantes al extraordinario repertorio de saque y derecha ya conocido.

A su vez, por primera vez en mucho tiempo pudo planificar un calendario, lo que le permitió tener previsión a futuro y metas sólidas en su grupo de trabajo. Así, quien fuera el número 1.045 del escalafón en febrero de 2016, logró pulverizar su propia marca al convertirse en número tres del mundo hace apenas unas semanas -volverá a la cuarta posición luego de la derrota ante Djokovic-.

"Sebastián es inteligente, sabe leer muy bien el juego, lo entiende. Es tranquilo, pero les saca la ficha a todos. Vivió de cerca el tenis de alto nivel como entrenador en los últimos años y tiene mucha información. Es metódico y ordenado", lo describió Mariano Hood, su pareja durante mucho tiempo en las canchas, en declaraciones a La Nación.

Una temporada de éxitos: Sebastián Prieto, artífice de la metamorfosis de Del Potro

Desde la llegada de Prieto, Del Potro venció a todos los jugadores del top ten, exceptuando a Novak Djokovic. A sus 30 años, maduro, se encuentra en el mejor momento de su carrera; el propio campeón en Wimbledon y en Nueva York lo certifica. "Creo que está jugando el mejor tenis de su vida, sin dudas, desde hace unos 15 meses", manifestó el serbio antes de obtener su 14º título de Grand Slam, con el que igualó al magnánimo Pete Sampras y se convirtió en el tercero con mayor cantidad.

De la mano de su entrenador y de todo su equipo, Del Potro se ordenó, recobró buenas sensaciones y se instaló en la discusión por la cima del ránking mundial, en la que competirá nada más ni nada menos que contra los tres mejores tenistas de la historia. El final de la temporada se avizora emocionante, con Nadal preocupado por su reciente lesión, un Federer contrariado y con el resurgido Djokovic, que tiene todo por sumar de aquí al cierre del año. El tandilense corre de atrás, pero su historia y, sobre todo, su presente, le permiten esperanzarse.