Una red de espionaje judicial. Producción y almacenamiento de datos sensibles para amenazar y extorsionar. Una asociación ilícita que no sólo integraba Marcelo D’Alessio sino que tiene implicancias a nivel político, judicial e internacional.

En las cuatro horas que estuvo en la comisión de libertad de expresión de la Cámara de Diputados, el juez federal Alejo Ramos Padilla expuso parte de la investigación que lucha por retener en Dolores. Dejó en claro que si bien la causa se inició con la denuncia de empresario Pedro Etchebest, ya hay muchísima prueba por fuera de eso. Inclusive, parte de la información que encontraron en la casa y en los celulares de D’Alessio es todavía un misterio.

“Encontramos documentos, legajos de inteligencia, cuadernos con anotaciones de datos sensibles acerca de los hijos, esposas, de los allegados que eran objetivos, elementos de espionaje tales como cámaras ocultas entre llaveros, drones, un arma que llamo la atención de todos”, enumeró. Un dato de color es que ese arma necesita una autorización especial para estar en el país. ¿Cómo hizo D’Alessio para obtenerla?

Las cámaras ocultas remiten automáticamente a lo que ya se sabía del expediente: la conversación donde el fiscal Carlos Stornelli le pide al falso abogado hacerle una al verdadero abogado José Manuel Ubeira, uno de los defensores en la causa de los cuadernos. Ramos Padilla mostró inclusive un cuaderno que secuestraron repleto de información de Ubeira.

Parte de la exposición que hizo Ramos Padilla fue sobre información que ya se conocía, básicamente para proteger el expediente, aunque el punto fuerte fue hacer hincapié en las implicancias reales que tiene una organización que se dedica a espiar de manera ilegal, apretar, extorsionar y utilizar esos métodos para fabricar prueba en causas judiciales. ¿Cuántas pueden verse contaminadas o afectadas si esto se expande?

La primera que está íntimamente relacionada es la mediáticamente conocida como “la causa de los cuadernos”. Un abogado espiado, un fiscal con muchos vínculos y contacto con un hombre acusado de extorsionar y espiar. Por supuesto que la investigación de Ramos Padilla no la invalida pero siembra bastante dudas: ¿cuántos arrepentidos podrían haber sido extorsionados? ¿valen esos testimonios en ese contexto, más allá de que fuera verdad lo que decían?

Gas Natural Licuado es la otra causa donde D’Alessio fue partícipe secundario. Allí, un testimonio suyo permitió que Claudio Bonadio la saque del que se encontraba después de la paparruchada que fue la intervención del perito que copió parte de sus argumentos de “El Rincón de Vago”. 

D’Alessio se convirtió, para Ramos Padilla, en el puntapié que le permitió ahondar donde no muchos jueces quieren meterse: el rol de los servicios de inteligencia en las investigaciones judiciales, ya sea los “oficiales” como los paraestatales, aquellos que alguna vez fueron (o estuvieron cerca de serlo) parte de la SIDE o de la AFI. Nadie se retira en el mundo de la inteligencia, todo se transforma.

Hay también otros puntos oscuros: el diálogo de D’Alessio con Mario Montoto, ex militante de Montoneros (y titular de la Cámara de Comercio Argentino-Israel donde se habla de “extracción de personas” desde Venezuela. ¿Cuánto poder manejaban como para hablar de este tipo de operaciones ilegales?

Si de diálogos inquietantes/preocupante se trata, también hay con diputados y diputadas. Una de ellas, Paula Olivetto, un lilita 100%. También hubo espacio para hablar de los periodistas involucrados, tanto los que fueron víctimas como los que actuaron como nexo. Ramos Padilla fue prudente: recalcó que hay mucho que investigar y que tendrá que establecerse si Daniel Santoro, por ejemplo, sabía de la existencia de esta organización y si pasaba información sobre sus compañeros de Animales Sueltos adrede.

La principal crítica del oficialismo a Ramos Padilla se centró en que se sentó en la comisión de libertad de expresión. Lo más gracioso es que, si efectivamente lo hubieran convocado desde la comisión bicameral de seguimiento de organismos de inteligencia, toda esta exposición jamás hubiera sido revelada. La comisión, como el labor de los servicios, es inaccesible porque todo su tratamiento debe permanecer en secreto.