Aunque el rebote económico no llegue, Cambiemos buscará la reelección presidencial de Mauricio Macri. El dirigente del PRO cree que hace falta un segundo mandato para terminar con el proceso político que comenzó con su llegada a la Casa Rosada, así como para terminar con los últimos vestigios del kirchnerismo, pasado que, para los principales dirigentes de la alianza gobernante, necesita ser derrotado nuevamente en las urnas para quedar enterrado.

En la reunión de fin de año del PRO en Parque Norte, el jefe de Gabiente, Marcos Peña, deslizó las principales directivas para la campaña electoral del 2019. Con poco para mostrar en materia macroeconómica, la ambivalencia volverá a levantarse como bandera y tanto el funcionario insignia de Macri como el ecuatoriano Jaime Durán Barba apuntan a una campaña "catch all” con fuerte presencia en redes sociales.

Como la posibilidad de escatimar recursos no existe, reina el pragmatismo: el jefe de Gabinete remarcó que el candidato en cada distrito será quien tenga más votos. Sea del PRO, de la UCR o de la Coalición Cívica, encabezarán las boletas aquellos que tengan más valoración ante el electorado.

Timbreos, vínculo con la gente y redes sociales: lleva Marcos los ejes de campaña a la cumbre PRO

Otra vez, el plato fuerte de la campaña volverán a ser los timbreos, arma letal de Cambiemos en 2015 y 2017. Para los principales asesores de Macri, la clave para ganar en 2019 estará en reforzar el vínculo directo con el electorado, ya sea a través de la militancia dominical de los timbreos o a través de "vivos” en redes sociales, otra herramienta en la que pone mucho hincapié el PRO.

Por último, y en detrimento de los que piensan otros dirigentes de peso dentro de la alianza -como Emilio Monzó y Rogelio Frigerio-, Peña realza la necesidad de cuidar la identidad, es decir, en no negociar candidaturas con la oposición -como el peronismo dialoguista, tal como Macri se rehusó en 2015 con Massa- para mostrar que Cambiemos se erige como una propuesta distinta y novedosa.