A pocas horas de la reunión que mantendrá en Paraguay con Rodolfo D'Onofrio Daniel Angelici para definir el futuro de la frustrada Superfinal, el presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez, dejó en claro su intención de que el campeón de la Copa Libertadores se defina dentro de una cancha y no por la vía administrativa, como quiere Boca Juniors.

Luego de que el mandamás xeneize presentara un expediente de 18 hojas ante el Tribunal de Disciplina del ente sudamericano, reclamando la sanción máxima para River Plate, Domínguez afirmó que en el fútbol "no se gana con piedras ni agresiones, lo ganan los jugadores en la cancha".

Pese a que sentó posición respecto al porvenir del fallido encuentro, el titular de la Conmebol no tendrá ninguna injerencia en la determinación final, la cual estará a cargo del Tribunal de Disciplina de la entidad, compuesto por cinco miembros. 

Por su parte, el presidente millonario ya arribó a la ciudad de Asunción para llevar al cónclave su inamovible postura de que el partido revancha se juegue en el estadio Monumental, con público y en igualdad de condiciones para los dos equipos.

De no prosperar la solicitud del club de la ribera, la posibilidad más concreta es que la final se desarrolle el sábado 8 de diciembre, lo que le daría al ganador el tiempo suficiente para llegar a Abu Dhabi, el martes 11 de diciembre, para disputar el Mundial de Clubes.