Nos educaron para mirarle la celulitis a la de al lado y les respondimos con uniformes en forma de pañuelo. Los varones quisieron darnos cátedra dirigiendo el país y nos organizamos como todavía no lo puede hacer el triunvirato medieval de la CGT con los gremios, y sin tener líderes. Nos educaron para odiarnos. Parece que sabían que si nos juntábamos, arrasábamos con todo.

Una tarde histórica de 2015 salimos a la calle todas juntas para pedir que no nos maten más. Pero en la calle nos dimos cuenta que queríamos un montón de otras cosas y que nos quedaba bien eso de hacer historia. Ahora, estamos por legalizar el aborto.

Bastó que nos avisen que la sesión por el aborto en la Cámara de Diputados iba a durar más de 12 horas para que lleváramos carpas, mantas, reposeras, bolsas de dormir e hiciéramos fogatas para pasar la noche ahí. Nos autoconvocamos por redes en todas las plazas del país.

Nos educaron para odiarnos porque sabían que si nos juntábamos, arrasábamos con todo. Ahora, estamos por legalizar el aborto.

El feminismo en Argentina no es futuro, es presente. Es revolución en el Congreso y es revolución en el momento exacto en el que cerrás la puerta de la habitación y te acostás en la cama con tu pareja. Y no pedimos permiso.

Hace unos años en los colegios los varones jugaban a la pelota y las chicas se pintaban las uñas al costado. Ahora ellas salen a pedir que se cumpla la ley de Educación Sexual Integral y ellos las bancan parándose detrás. Toda la vida nos costó hacer pogo en un recital sin que un varón nos golpee, ni nos pudimos subir a agitar arriba de un paravalanchas. Ahora, ellos marchan al costado. Y teniendo mucho cuidado.

Estamos todas. Somos académicas, populares, famosas, religiosas, indígenas y muchas más. Las diputadas que nos representan marchan al lado de las pibas de 15. Las señoras que hace 13 años se pusieron un pañuelo verde y parieron la Campaña por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito se chocan los codos en el Congreso con las que creen en la legalización del aborto hace unos meses.

Hoy hay media sanción porque ninguna de las mujeres que puso un pie en la lucha feminista dio un paso atrás.

Las artistas que tocaron en el escenario anoche, mientras esperábamos la media sanción, no son ídolas, son compañeras. Las actrices que tanto militaron esta campaña entendieron lo necesario que era que visibilizar la lucha. Cuando el aborto sea legal y no haya que convencer a la sociedad ni a diputados y senadores, se bajan y caminan al lado de alguna que se hizo feminista ayer.

Hoy hay media sanción porque ninguna de las mujeres que puso un pie en la lucha feminista dio un paso atrás. Y tarde o temprano, el aborto será legal en Argentina. No solo porque necesitamos que dejen de morir mujeres en la clandestinidad, sino porque entendimos que en nuestro cuerpo mandamos nosotras. Nadie más. Y cuando el aborto sea legal, veremos qué otra cosa queremos volver ley. Agárrense fuerte o córranse: llegó la ola que arrasará con todo.