El ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, Sergio Berni, encendió una nueva polémica al interior del oficialismo por sus comentarios sobre los organismos de los Derechos Humanos. El funcionario sugirió que los militantes de esas organizaciones "viven viajando dando conferencias pero nunca aportan nada ni contribuyen a la gestión".

En un reportaje que le concedió a A24, Berni aseguró: "Yo siempre se los he ofrecido a los organismos de los Derechos Humanos, me parecía bien que un sector que no pensara como yo estuviera en la auditoría, pero ninguno aceptó", aseguró. Pero enseguida fue más allá: "¿Saben por qué no aceptan? Porque hay que trabajar, y el sueldo de un director de Asuntos Internos es cinco o seis veces menos de lo que cobran todos los que están trabajando en DD.HH. Esos sueldos son de los más importantes del Estado, viven viajando dando conferencias pero nunca aportan nada ni contribuyen a la gestión".

Para rematar sus declaraciones, el funcionario apuntó contra "el sector de (Horacio) Verbitsky, que hace un reproche a la conducta de la Policía".

"¿Están convencidos? Vengan y corríjanlo. Pero no se comprometen, porque ese sector es puro bla bla. Cuando uno les dice 'vengan, les doy Asuntos Internos para que desarrollen su teoría sobre la Bonaerense y la puedan poner en práctica', ninguno aceptó. ¿Sabe por qué no aceptó? Porque cualquier persona que trabaja en los organismos de Derechos Humanos empieza a trabajar al mediodía, se van a las 3, 4 de la tarde, whisky de por medio, ninguno está acostumbrado a estar en la oficina a las 7 de la mañana trabajando", sentenció.

Las expresiones del ministro causaron el rechazo inmediato del colectivo de los DD.HH. La integrante de la Línea Fundadora de Madres de Plaza de Mayo, Taty Almeida, le respondió a Berni que ofendió "40 años de lucha" y le pidió "que se dedique a manejar la Policía bonaerense".

Unos minutos después, Abuelas de Plaza de Mayo junto al resto de organismos emitió un comunicado en el que llamó a la reflexión del funcionario, tras vertir dichos "despectivos y estigmatizantes". Incluso, señalaron que sus declaraciones "no pueden tener lugar en un movimiento popular que ha asumido tales banderas como pilares fundamentales para el sostenimiento de la democracia". Por último, le recordaron que "la exposición mediática no reemplaza a la gestión".

Tras el revuelo generalizado, el ministro pidió perdón por las redes sociales. "Vale la pena una aclaración. Cuando me preguntan por Verbitsky, tengo claro que no me refiero ni a la historia, ni a las luchas de los organismos de DDHH, a quienes respeto, reconozco y admiro, me refiero a quien aprovecha esos espacios para construir su propia trayectoria. Mis disculpas si alguien se sintió ofendido o aludido por mis declaraciones vertidas en el día de ayer, sobre todo mi respeto a Madres, Abuelas, Hijos, y familiares de víctimas de la dictadura cívico militar. Les debemos parte importante de la reconstrucción de la democracia", expresó.

Un ministro, ¿en la cuerda floja?

Berni, que apiló controversias y desplantes desde el inicio de la gestión con su par nacional, Sabina Frederic, viene de mal en peor. La rebelión de la Policía bonaerense la semana pasada en reclamo de aumentos salariales -cerco en la Quinta de Olivos incluido- volvió a dejarlo al descubierto y aislado del resto de los sectores del Frente de Todos.

El ministro que se enorgullece en los medios por la fuerza que conduce, no se expresó al respecto hasta que Fernández resolvió la problemática, con quita de fondos a la Ciudad de Buenos Aires.

Aunque Kicillof lo ratificó al frente de la cartera luego de la protesta de la Bonaerense, la causa judicial que investiga la posible desaparición forzada seguida de muerte de Facundo Astudillo Castro sigue su curso en la Justicia y su resultado podría poner fin a las expectativas electorales de Berni. Si las polémicas con otros sectores que despierta a diario no lo hacen antes.