Unas pocas horas después de que se conocieran los resultados de la autopsia de Agustina Imvinkelried, la joven santafesina de 17 que fue enterrada viva y agonizó durante varios minutos, otro femicidio sacude a la provincia. Danisa Canale, de 38 años fue asesinada a martillazos por su marido

Y lo mismo ocurrió en Santiago del Estero el primer día del año con Celeste Castillo, de 25 años, que murió baleada por su esposo policía que se suicidó luego de matarla. Y siete días después con Gisel Romina Varela a quien mataron en plena calle de Mar del Plata y el principal sospechoso es su pareja, que tenía dictada una orden de restricción. 

Pero la muerte de la mujeres no viene solo de las manos de sus maridos. El 4 de enero, en Chaco a Valeria Silvina Juárez, de 32 años la mató su padre a los tiros. Tres días después, el cuerpo de Daiana Moyano, de 24 años apareció en un descampado de Córdoba luego de ser abusada sexualmente, golpeada y estrangulada. El principal sospechoso es el padre de sus dos hijos. 

Ese mismo día una niña de 10 años recibió 32 puñaladas y fue asesinada en su casa y su propia madre y dos ex parejas son sospechosas. El 9 de enero, Liliana Loyola de 64 años murió luego de ser incinerada en San Juan y se sospecha de su hijo adoptivo. Agustina era la última víctima hasta hace apenas una hora, ella salió de un boliche con el hombre que la mató y que luego se suicidó. 

¿Son locos?, ¿constituyen casos aislados?, la respuesta es no. Los femicidios y quienes los realizan forman parte de la cultura patriarcal que supone que las mujeres son de su propiedad. "Mía o de nadie” es la lógica que se juega.

El registro de los femicidios, surge del informe del observatorio de femicidios realizado por La Casa del Encuentro, cuya titular Ada Rico y el resto de las trabajadoras realizan sus actividades a voluntad. Por eso los femicidios siempre son políticos, porque para que dejen de existir se necesitan políticas públicas como un presupuesto dedicado exclusivamente para medir cuántas mujeres son matadas por hombres.

La noticia a la que le dio lugar Infobae en la que una mujer, en la marcha que se realizó en Santa Fe pedir justicia por Agustina Imvinkelried, agrede a una de las oradoras por pedir la implementación de la ESI (Educación Sexual Integral) muestra un clima de época. Se intenta despolitizar los reclamos de la lucha feminista. 

A veces se las acusa de pintar paredes, otras de ser partidarias y a algunas también de politizar. ¿Acaso alguna vez, como sucede con la La Casa del Encuentro se valora el trabajo que existe detrás y se entiende, que por ejemplo gracias a ellas, hay estadísticas actualizadas de femicidios desde 2008?. 

Las cifras son contundentes y pueden ser peores. Susana Yas de 77 años fue matada a golpes en el ascensor del edificio en el que vivía en Mar de Plata y se sospecha de alguien del entorno familiar que podría ser su propio hijo.

Hasta aquí las estadísticas coinciden con el Registro Nacional de Femicidios de la Justicia Argentina que muestran que, en promedio, una mujer es asesinada por un hombre cada 30 horas.