En medio de la polémica por la sucesión de Beatriz Sarlo, en el marco de la cual el encargado del edificio en el que vivía la intelectual reclamó su departamento, la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil apartó este viernes al juez Carlos Goggi y revocó la exclusión del exmarido de la escritora, Alberto Sato, como eventual heredero.

Además, solicitó al Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) que se presente en la causa, ya que el Estado puede recibir algunos bienes en caso de ausencia de beneficiarios directos del patrimonio de la mujer fallecida el 17 de diciembre de 2024.

En cuanto al titular del Juzgado Civil N°91, tras cuyo apartamiento deberá sortearse un nuevo magistrado, los camaristas de la Sala E consideraron que "prejuzgó" la situación antes de analizar en profundidad el expediente y que no preservó de forma adecuada el legado de Sarlo.

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Además, Goggi excluyó de la lista de herederos a Sato quien, pese a haberse separado de hecho de la escritora, aún figura como casado con ella en los papeles. Legalmente, el arquitecto y la intelectual nunca se divorciaron e incluso siguieron en contacto.

Ahora, ante la resolución de la Cámara de Apelaciones, la herencia se disputa entre la expareja de la ensayista, el Estado y el encargado del edificio ubicado en el barrio porteño de Caballito, Melanio Alberto Meza López.

Este último, quien ahora se tomó vacaciones, presentó recientemente un presunto testamento ológrafo -es decir, escrito de puño y letra- en el que la también periodista lo dejaba "a cargo" de su departamento sito en Hidalgo 140, como así también del cuidado de su mascota.

"Yo, Beatriz Sarlo, quiero dejar certificada mi voluntad de que, en caso de mi desaparición u otro accidente, mi gata Nini deberá quedar a cargo de Alberto Meza. Certifico con mi firma", dice uno de los textos, fechado el 9 de junio de 2024.

El otro, del 2 de agosto del mismo año, reza: "Alberto Meza quedás a cargo de mi departamento después de mi muerte y también quedás a cargo de mi gata Nini, que te aprecia tanto como te aprecio y valoro yo".

Aunque ambos manuscritos aparecen firmados, la Justicia debe analizar si la letra pertenece a la ensayista y si los documentas son válidos. Además, se debate si efectivamente la intención de Sarlo fue ceder su vivienda a Meza López de forma definitiva.