Sorpresa: en medio de la guerra con Cambiemos, consigue Moyano una foto con Angelici
La foto causó sorpresa en la Casa Rosada: Hugo Moyano, en medio de un fuerte enfrentamiento con el Gobierno y acorralado por la Justicia, logró mostrarse con un hombre cercano a Mauricio Macri: Daniel Angelici. No se trata de ninguna tregua ni de un pacto de paz; pero sí es un gesto del presidente de Boca (y hombre fuerte de Macri) con su enemigo número uno.
El encuentro no fue improvisado ni buscó ocultarse: se trató de la inauguración de nuevas oficinas de la sede de la AFA. Entre ellos, se encontraban, además del líder de Camioneros y el mandamás del Xeneize, el presidente de la Asociación del Fútbol Argentino, Claudio “Chiqui” Tapia y el presidente de Racing, Víctor Blanco.
Se trata del momento más álgido en la batalla entre Macri y Moyano. Es por eso que la imagen entre el líder de Camioneros y el amigo de Macri deja tela para cortar: aparecen cómodos, distendidos y sonrientes. Además de conducir Boca, “El Tano”, es un alfil del Presidente ante la Justicia, terreno sinuoso que parece inevitable para el gremialista.
La imagen también tuvo trascendencia en el plano futbolístico. Sobre tres de las cuatro figuras de las fotos (Tapia, Angelici y Moyano) está el comando central del fútbol argentino. Si bien forman parte del Comité Ejecutivo, también ostentan una mesa chica que quedó vacante tras la muerte de Julio Humberto Grondona.
En busca de adhesiones
El gran objetivo de Moyano es evitar que la Justicia avance en su contra. En Comodoro Py lo tienen en la mira por operaciones millonarias junto al dueño de OCA, Patricio Farcuh, por supuesto lavado de dinero. A su vez, está sospechado por haber participado en un sistema de reventas junto a los barras de Independiente.
Para eso, y públicamente expuesto, fabricó una marcha junto algunos sectores sindicales con la idea de generar impacto en el Gobierno.
¿Quiénes apoyan a Moyano y quiénes no? Se encolumnaron detrás suyo Roberto Baradel (Suteba); Sergio Palazzo (bancarios); Hugo Yasky y Pablo Micheli (CTA). Del otro lado, un sector de los "gordos" de la CGT se mostraron en contra de la marcha. Una guerra interna que recién comienza.