Martín Bustos es un abogado que se desempeña como árbitro asistente de la Primera División de fútbol argentino. La última vez que se lo vio fue en el triunfo de Newell’s ante los sanjuaninos el 12 de marzo y se esperaba que sea el juez de línea en próximo domingo en el partido entre San Martín de Tucumán e Instituto, por la B Nacional.

Pero su nombre resuena ahora en los portales de noticias y no es, justamente, por su labor profesional. Ayer, la fiscal María Soledad Garibaldi ordenó su detención y allanamientos tanto en su ciudad de origen, Trenque Lauquen, como en Olivos y en el country Haras Santa María de Escobar, donde fue sorprendido por un operativo policial.

Según las escuchas detectadas, Bustos fue uno de los socios de “Joaquín V.”, el futbolista de 19 que integraba la Cuarta División de Independiente y fue acusado de liderar una red de trata de menores.

Su participación también se desprendería de las declaraciones de Fernando Berón y Fernando Langenauer, los responsables del Fútbol Juvenil y de la Pensión, que realizaron las denuncias pertinentes a partir de los datos que obtuvo el psicólogo en una sesión con uno de los menores implicados, de 14 años.

El árbitro entraría en la causa caratulada como "abuso sexual, y promoción y facilitación de la prostitución", radicada en Unidad Fiscal de Investigación número 4 de Avellaneda.

La familia

En Trenque Lauquen, ya no les sorprende escuchar que el apellido bustos está relacionado con casos de abuso de menores. Hace dos años, la familia abandonó su pueblo de origen para radicarse en Buenos Aires. ¿Por qué? Fue pocos meses antes de que lo condenen al padre de Martín, a tres años de prisión por “abuso sexual simple reiterado, agravado por el vínculo”.

Jorge Bustos era chofer de un transporte escolar y llevaba a los chicos de la ciudad hasta un colegio rural en la Colonia El Mate. En los trayectos se produjeron situaciones de abuso. “La carátula de abuso sexual simple implica que no hubo penetración a los menores pero sí se comprobaron manoseos. El tema es agravado porque el acusado tenía a su cargo a las víctimas”, informó el fiscal.

Al no tener antecedentes penales, Bustos no fue a la cárcel y decidió mudarse de Trenque Lauquen a Escobar, donde ya vivía su hijo.