El papa Francisco dio en vida la última muestra de su compromiso con los pobres y con la austeridad -que tanto pregonó- al decidir descansar en la basílica de Santa María la Mayor, en Roma, en un sepulcro simple con apenas una inscripción alusiva y lejos de la pompa vaticana. Desde la Santa Sede divulgaron los detalles de la sencilla tumba en la que permanecerán los restos de Jorge Bergoglio, quien el 13 de marzo de 2013 se convirtió en el máximo representante de la Iglesia católica y falleció el pasado 21 de abril. 

Según las instrucciones que dejó en su testamento, su sepultura, que estará ubicada entre la Capilla Paulina y la Capilla Sforza, llevará una losa de mármol en la que está inscripto solo su nombre pontificio en latín: "Franciscus". Por encima, estará ubicada una reproducción en plata de su cruz pectoral.

De acuerdo a la información brindada por el Vaticano, el financiamiento de los arreglos funerarios sigue los pedidos personales del Papa, que habría solicitado una donación -previamente asignada- para cubrir los gastos. 

TE PODRÍA INTERESAR: Atentado con coche bomba en Rusia: murió un general al explotar un vehículo frente a su casa en Moscú 

El cardenal Rolandas Makrickas, arcipreste coadjutor de Santa María la Mayor y comisario extraordinario del Capítulo Liberiano, fue encargado por Francisco mediante su testamento para garantizar que un benefactor anónimo se haga cargo del financiamiento.

Otra decisión que marca su compromiso con la austeridad es la decisión de dejar de lado la tradición de los ataúdes triples (de ciprés, plomo y roble), al optar por uno elaborado con madera y zinc. En él, serán enterrados también objetos simbólicos que representan su vida y espiritualidad: un rosario, monedas acuñadas durante su pontificado y un resumen de sus principales encíclicas.

Por el lado materno, la familia del exarzobispo de Buenos Aires -apellidada Sivori- llegó a la Argentina desde la pequeña localidad de Cogorno, ubicada en la región de Liguria, en Italia. De acuerdo a lo que anticipó Makrickas, el Sumo Pontífice había expresado su voluntad de ser enterrado en una tumba hecha con piedra de esa zona, "que es la tierra de sus abuelos".

Según revelaron desde la oficina de prensa, el anuncio acerca del mármol en cuestión "conmovió profundamente a toda la comunidad" del "pequeño pueblo asomado al mar, donde se encuentran las raíces de la familia de Francisco". 

"De allí viene la pizarra, una piedra ‘del pueblo’, cálida y versátil, capaz de armonizar con cualquier material, a menudo utilizada para trazar caminos: un símbolo que parece reflejar los rasgos de su pontificado", resaltaron.

Hasta este sábado, el ataúd permaneció dentro de la basílica de San Pedro, tras ser cerrado y sellado el viernes por la noche de Roma (tarde de Argentina). Una vez concluida la misa exequial, en la que participaron líderes mundiales, representantes de la monarquía y unos 250.000 fieles, fue trasladado hasta la iglesia situada en pleno centro de la capital italiana, por primera vez reposo final de un Papa, fuera de los muros de la Santa Sede.