Tras el trágico caso ocurrido en el barrio porteño de Villa Devoto, donde murieron cinco personas integrantes de una familia, el viernes hubo dos nuevos fallecimientos por inhalación de monóxido de carbono. En este caso, que se produjo en Córdoba, las víctimas fatales fueron una abuela y su nieta de 10 años.

El hecho se registró en una vivienda situada en la intersección de las calles Obispo Bustos y San Martín, en el centro de la localidad de Cosquín. Las víctimas fueron identificadas como María Isabel Sánchez, de 65 años, y María Álvarez Garay, de 10.

La Policía encontró a ambas luego de un llamado al 911 de los vecinos, quienes buscaron ayuda al no encontrar respuesta en la casa. Cuando llegaron los agentes, la mujer ya había fallecido, pero la menor estaba inconsciente.

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Sin embargo, y a pesar del traslado de urgencia, la niña falleció a los 25 minutos de llegar al Hospital Domingo Funes, tras el esfuerzo de reanimación realizado por los médicos.

"Ingresamos con equipos de respiración autónoma y medidores de gases. Detectamos una deficiencia de oxígeno y niveles elevados de monóxido", manifestó el subcomisario y jefe del Cuerpo de Bomberos de Cosquín, José Molina, en diálogo con medios locales.

"Los datos arrojados no eran los niveles normales para que pueda haber vida humana. Así que se realizó una ventilación del lugar y se aseguró la escena para que ya después pudiera seguir ingresando personal idóneo", agregó.

La investigación quedó a cargo de la Fiscalía de Cosquín y, por el momento, se desconocen los motivos que habrían ocasionado la fuga de gas. 

El caso remite indefectiblemente al sucedido en Villa Devoto, el pasado martes, cuando cinco personas fallecieron en una vivienda de dos pisos. Las pericias preliminares indicaron que la fuga de gas pudo haberse dado por un problema en el conducto de ventilación de una caldera.