Nada cambió: una mujer es asesinada cada treinta horas. Son 254 los femicidios registrados desde el 1 de enero hasta estos días en Argentina. El movimiento de Mujeres de la Matria Latinoamericana, MuMaLá, dio a conocer los datos de violencia machista tras un análisis de medios gráficos y digitales del país.

En Diputados, por otra parte, avanza un proyecto de ley para considerar el acoso sexual callejero como crimen contra la integridad sexual en el Código Penal y sancionarlo con multas de tres y veinticinco mil pesos.

Sin embargo, no es solo la calle el problema para las mujeres. El 88% de los femicidios del año fueron cometidos por hombres del círculo íntimo y conocidos de la víctima, y el 65% dentro de su casa. El 52% de las mujeres asesinadas eran madres. Los femicidios también aterran por los 265 niños y niñas que quedaron huérfanos.

El 88% de los femicidios del año fueron cometidos por hombres del círculo íntimo

La provincia de Buenos Aires es la primera en el ranking geográfico con 88 femicidios. La escoltan Santa Fe, con 24, y Córdoba, con 23. Los datos coinciden con la falta de capacitaciones en los colegios sobre Educación Sexual Integral, pilar fundamental para garantizar el fin de los femicidios.

Sofía Botto, coordinadora de MuMaLá en la provincia de Santa Fe, dijo: "Estamos preocupadas porque en el Presupuesto Nacional para el próximo año no existe claridad de cuánto será asignado al INM (Instituto Nacional de las Mujeres - Ex Consejo Nacional), lo que representa un retroceso en políticas públicas.

Por otro lado, Raquel Vivanco, Coordinadora Nacional de MuMaLá y Presidenta del Observatorio NiUnaMenos denunció la falta de patrocinio jurídico gratuito y especializado como una de las principales falencias con que las mujeres deben lidiar. Sus declaraciones toman más fuerza si se relacionan con las que realizó ayer la testigo clave del femicidio de Melina Romero, asesinada en 2014 en José León Suárez, ante un jurado popular de doce personas: "Los imputados también abusaron de mí pero no hice la denuncia porque no me iban a creer.