Los índices económicos siguen golpeando al Gobierno nacional en la antesala de la campaña electoral. Sin embargo, en medio del desplome del consumo interno y las altas expectativas de inflación, el Ejecutivo celebró una recuperación intermensual de la industria y la construcción en enero.

Pese a que en la comparación interanual volvieron a mostrar contracciones de dos dígitos -según el INDEC, la industria cayó un 10,8% mientras que la construcción retrocedió en un 15,7%-, respecto a diciembre de 2018 ambos rubros exhibieron recuperaciones -4,6% de alza para la industria y 4,4% la construcción-.

El momento para dos de los ejes con mayor incidencia en la economía nacional es crítico. Días atrás, el organismo estadístico divulgó que la capacidad instalada de la industria descendió a 56,6%, el nivel más bajo desde 2002.

La actividad industrial acumula nueve meses consecutivos de descenso. En esta línea, la peor cara la expuso el sector automotriz, con un rojo interanual del 28,2% y más de 2000 trabajadores suspendidos la última semana entre las firmas Renault y Peugeot.

Por su parte, la construcción acentuó el incesante derrumbe que lleva desde agosto. En diciembre, el índice interanual había arrojado el peor número, con un desplome del 20,7%. En tanto, el Índice Construya, que mide los resultados de la construcción privada, ya había reflejado que tanto en noviembre como en diciembre de 2018 la actividad registró el nivel más bajo desde enero de 2014. 

En el equipo económico del oficialismo, ante tantas vacas flacas, celebraron la suba intermensual de ambas ramas. Y aunque las expectativas para los próximos meses sean desfavorables, en sintonía con una recesión que no avizora una fecha de vencimiento, en Casa Rosada se aferran a los "brotes verdes" que pronosticó el Fondo Monetario Internacional a partir del segundo trimestre.