La Selección de Messi y Mascherano: cede Sampaoli para armar la lista y queda debilitado
Tal como era previsible, la Selección Argentina llevará 23 jugadores al Mundial de Rusia con dos objetivos que se contraponen sustancialmente: reconquistar la copa del mundo tras 32 años y que Javier Mascherano sea titular.
Con las lógicas dudas y recriminaciones por algunos nombres de cada línea, la ausencia de un volante de contención y recuperación de primer nivel es la más alaramante de todas. Lucas Biglia es el nombre para ese puesto. Y aunque ser titular en el Milan no es poca cosa, el mediocampista llega a Rusia con una grave lesión a cuestas, que fue agravada por el Papu Gómez hace menos de una semana.
Entonces surge el apellido del líder espiritual de la lista: Mascherano. El volante que arribará a su cuarto Mundial con 34 años también lo hará jugando para un equipo mediocre de una liga de aspecto amateur pero con sueldos exorbitantes.
Sampaoli se caracterizó por cortar con "Los amigos de Messi" al convocar a Icardi, dejar afuera a Higuaín y sepultar a Lavezzi. Sin embargo, esa revolución quedó a mitad de camino.
El futbolista surgido de River Plate viene de seis meses inevaluables y un año previo como suplente en Barcelona. Para colmo, Matías Kranevitter, Guido Pizarro y Rodrigo Battaglia fueron descartados por un Jorge Sampaoli que quedará marcado como el principal responsable cuando (toquemos madera) choque la Ferrari.
El director técnico se había caracterizado por ser quien cortó con "Los amigos de Messi" al convocar a Mauro Icardi, dejar afuera a Gonzalo Higuaín, mandar al banco al Jefecito y sepultar a Ezequiel Lavezzi. Sin embargo, esa revolución se quedó a mitad de camino y contradijo muchas de sus acertadas decisiones iniciales.
Al anunciar que esta es "la selección de Messi", Sampaoli cedió el control. La Pulga podrá ser el mejor jugador del mundo y el capitán del equipo, pero el líder del grupo es Mascherano. Y fue él quien armó, depuró, filtró y moldeó una lista que carece de centrodelanteros, arqueros con continuidad en sus equipos y posibles competidores para su propio puesto.
Sampaoli quedó debilitado. Al entregarle el poder de la lista "al grupo" y a la "felicidad de Messi dentro del campo", marginó a jugadores que hicieron méritos suficientes para estar en esa sombría hoja A4 que llevó a Ezeiza.
Si a Lautaro Martínez y Leandro Paredes los limpió por sus apáticos rendimientos en la última gira, ¿por qué Ever Banega y Lucas Biglia tienen oportunidades ilimitadas? Si a Lavezzi lo descartó de los planes de la albiceleste por su participación en una liga menor, ¿por qué Mascherano, que hasta juega en el mismo equipo que el Pocho, será titular? Si a Salvio lo llevaba como reemplazo de Mercado, ¿por qué lo mantiene ahora que convocó a Ansaldi? ¿Acaso Salvio es más veloz, revulsivo y determinante que Centurión? Si Franco Armani va al Mundial por su gran nivel en River pese a no tener experiencia en la selección, ¿por qué Icardi, el goleador de la Serie A, se pierde el Mundial? Si Chiquito Romero siempre fue convocado por su buen nivel en la Selección pese a ser suplente en sus equipos hace cuatro años, ¿por qué Enzo Pérez, uno de los mejores socios de Messi en el campo, se queda afuera por un semestre no tan bueno en su equipo?
Por supuesto, Sampaoli podría responder a todas estas preguntas con largas e inentendibles excusas, con otros interrogantes o con algunas frases del Indio, pero mucho más sano y honesto sería admitir sus incongruencias a la hora de definir la lista solo para conformar al capitán y al líder de la Selección Argentina.