No quedan dudas: el Círculo Rojo quiere el desafuero de Cristina Fernández de Kirchner y su eventual detención para eliminar las chances que tenga la expresidenta de presentarse en el 2019. Los seis procesamientos de CFK abren la puerta que desespera al establishment, aunque chocan con la protección que tiene por ser senadora nacional.

La figura que ponen los hombres de poder en el centro de la escena es el de Miguel Ángel Pichetto, el titular de la bancada Argentina Federal, como el máximo responsable de impedir el avance contra CFK. "Soy la voz de los gobernadores y los senadores peronistas”, dijo el senador, firme en el rechazo al desafuero.

"No expreso una opinión personal en este caso, que quede claro. Soy el presidente del bloque y doy la cara”, agregó Pichetto, el dirigente fundamental que podría torcer el futuro de CFK, ante la expectativa de Cambiemos y de las dudas sobre si conviene tener a la expresidenta tras las rejas o si prefieren que juegue en las urnas.

Resiste Pichetto la presión del Círculo Rojo por el desafuero de Cristina

A su vez, Pichetto consideró que la prisión preventiva es "una pena anticipada”. "Hay que desarrollar un juicio en donde la persona tenga derecho a defenderse”, agregó, y aclaró su distancia con Cristina: "Políticamente no tengo nada que ver con ella”.

Pichetto es para la política el ideólogo de la oposición razonable y arquitecto de acuerdos políticos. Su figura es imprescindible para la gobernabilidad de Cambiemos en el Congreso de la Nación. Tanto él como Massa ocupan bloques necesarios que allanan el camino o dificultan el avance de leyes que se escriben en la Casa Rosada.

Esta vez, el senador rionegrino le puso un freno al Gobierno, al Círculo Rojo y al propio Claudio Bonadio (juez a cargo de la causa de los cuadernos de las coimas). Aclaró públicamente que no avanzará ni un centímetro con la idea de quitarles los fueros a CFK y repartió "culpas” con los gobernadores peronistas.