Según Marcos Peña, en las elecciones de este año la discusión es entre resignación y esperanza. Así lo dijo, textual. La resignación sería, según el jefe de Gabinete, votar al kirchnerismo porque con ese gobierno todos vívían mejor, aunque fuera una mentira. La esperanza, en cambio, sería votar a Cambiemos a pesar de haber destruido la industria y los salarios, confiando en que son los pasos de carrera que es necesario tomar para el despegue final del país, que (esta vez sí) ocurrirá en el segundo mandato de Mauricio Macri.

En la entrevista que le hizo Román Lejtman en Infobae, Peña intentó -otra vez- explicar que los problemas que actualmente tiene la Argentina los arrastra desde hace mucho tiempo y que el Gobierno simplemente no pudo resolverlos todavía, pero lo hará en el próximo mandato, si el pueblo vuelve a depositar su confianza en Macri. 

La clave, según el funcionario, no son los problemas sino entender por qué los tenemos: por culpa del peronismo. No lo dijo, pero lo cree. A diferencia de otros integrantes de la alianza oficialista, como Federico Pinedo o Emilio Monzó, el jefe de Gabinete realmente cree que el modelo peronista de populismo extremo -en el que las clases populares tenían plata en el bolsillo solamente gracias a las dádivas del Gobierno y no a una distribución genuina de la renta del país- es el mal endémico del país, que le impide crecer y desarrollarse. 

Ese modelo lo encarna, en este contexto, Cristina Fernández de Kirchner, que según el funcionario es respaldada por "una porción minoritaria de los argentinos". El dato lo obtiene, por supuesto, de las encuestas de opinión pública, que le dan a la expresidenta una intención de voto cercana al 30 por ciento. A Peña le alcanza con sostener que no tener un 50% de apoyo vuelve "minoritaria" a cualquier fuerza política, lo cual pone en evidencia que la suya también es minoritaria: según las mismas encuestas que lee, la porción de la sociedad que apoya a su espacio (o que se autopercibe "macrista" en esos sondeos) es incluso menor que la del kirchnerismo, y solo crece en términos electorales por oposición a la exmandataria.

Pero, a pesar de los argentinos problemáticos, el jefe de Gabinete destacó que por suerte ahora hay "un respaldo internacional inédito" gracias a las medidas tomadas por el Gobierno de Cambiemos, que pueden haber aumentado la inflación, destruido el salario y derrumbado la producción industrial pero, al menos, generaron la confianza de los mercados internacionales, que todavía no invirtieron lo que en el Ejecutivo se imaginaban que iban a invertir, pero ahora con la ayuda del FMI seguro lo harán. Peña no pudo ser más claro: "Lo que hoy tenemos es el respaldo del Fondo Monetario, pero los deberes para hacer son nuestros". 

Para el ministro que coordina el trabajo del resto, el aumento de la pobreza tampoco es culpa de la gestión macrista. "La pobreza, en el peor de los escenarios, sigue estando igual que cuando nosotros llegamos, de manos de un gobierno que decía que teníamos menos pobres que Alemania. O sea no creamos la pobreza nosotros", le dijo a Lejtman. Además, destacó que el combate al narcotráfico ayudó a los sectores más vulnerables porque permitió el ingreso del Estado a los barrios para hacer cloacas, infraestructura y censos (que antes, como todos saben, no hacían las ONG sino los narcos). Entonces, según el funcionario, no importa tanto el índice, que aumentó por la inflación, sino los "grandes ejes" que demuestran que el país está "mejor que en el 2015".

Resignación vs esperanza: el agudo planteo de Marcos de cara a las elecciones

Igual la mejor parte fue cuando habló de las herramientas digitales que el Ejecutivo utiliza en las campañas electorales. Va la respuesta completa del jefe de Gabinete sobre big data, algoritmos, Facebook, WhatsApp, la lupita de Instagram, ShushiplaneronuncamasKK y otras cuestiones del rubro:

"Yo creo que de verdad la discusión tecnológica está sobrestimada en términos de herramientas de campaña. Yo creo que lo que está subestimado es en términos de transformación de la sociedad. Hoy estamos viendo una de las transformaciones más grandes de la historia de la humanidad a partir del empoderamiento personal que hace que todos los que estén viendo o leyendo esta nota lo tienen en su mano y no tienen intermediario como antes. Y que además opinan y participan y tienen un empoderamiento que les cambia su mirada sobre la política y demás. Creo genuinamente, además, que los procesos políticos representan a partir de un liderazgo, motivaciones y valores que son mucho más profundas. Y creo de verdad que en esta elección los protagonistas centrales son los votantes y que hay una intoxicación de análisis y de especulación y no entender que la elección se va cero a cero a las 8 de la mañana el 27 de octubre y a partir de ahí, en esas horas se vota. Entonces creo, de verdad, que a veces en esa discusión se sobreestima el poder de manipulación".

O no.