Así como la gobernadora María Eugenia Vidal concentró sus últimos días antes de las PASO a públicos segmentados como jubilados, educadores y mujeres, el presidente Mauricio Macri tuvo este martes la tradicional cena de camaradería de las Fuerzas Armadas (FF.AA.) en la sede del Ministerio de Defensa.

El contexto no es favorable: junto al titular de la cartera, Oscar Aguad, Macri ingresará al Edificio Libertador luego del informe de la comisión bicameral del Congreso, que le adjudica al Gobierno la “responsabilidad política” por la falta de mantenimiento y el posterior hundimiento del submarino ARA San Juan en noviembre de 2017.

"Una de las cosas más importantes que logramos tiene que ver con la normalización de la imagen de las Fuerzas Armadas en la vida democrática, hoy son reconocidas y valoradas", afirmó el presidente en su discurso.

Reforma del sistema, "libro blanco" y mayor presencia: el proyecto de Macri para las FF.AA.

Más allá de las típicas frases, el Presidente resaltó las inversiones que se han realizado en materia castrense y dio el puntapié para la reforma del sistema de Defensa Nacional que tendrá como base el “libro blanco”, una nueva directiva de política que reestablece las prioridades de las Fuerzas Armadas (FF.AA.). Lanzado el año pasado, el documento hace una lectura del nuevo contexto (baja probabilidad de conflictos militares) e insta a las fuerzas a centrar sus esfuerzos en la “lucha contra el narcotráfico, la reducción de la pobreza y la unión de los argentinos”.

La reforma “prevé fortalecer la protección de los espacios soberanos, apoyar a las comunidades afectadas por las inundaciones e incrementar la presencia del Estado en las regiones fronterizas, coordinando con las Fuerzas Federales”, detallaron los voceros oficiales.

En tiempos de paz, el Gobierno pretende que los militares hagan "vigilancia y control fronterizo" mediante una "adecuada sinergia con las fuerzas de seguridad", a la vez que colaboran con la "protección de eventos de carácter estratégico". Refiere, puntualmente, a la vigilancia y control fronterizo y la colaboración en eventos “de carácter estratégico”, como lo fue el G20.

El jefe de Gabinete, Marcos Peña, ya había estado con los militares en visitas a distintas guarniciones. Les prometió la devolución de la conducción del Instituto Obra Social de las Fuerzas Armadas (Iosfa), un organismo con un presupuesto anual de $ 20.000 millones y un fondo de inversiones de al menos $ 30.000 millones  El organismo volvería a estar en manos de los militares, quienes denunciaron al actual directorio de avalar "una progresiva desfinanciación" y una "evidente caída de las prestaciones".