El viernes la Cámara Federal porteña ordenó la liberación de Cristóbal López, lo que provocó el enojo de aquellos, como Clarín y La Nación, que consideran que debería seguir preso por su obsena evasión impositiva desde el Grupo Indalo.

En esa línea, ambos medios pusieron a sus principales plumas a luchar contra "la impunidad" de la que gozó el empresario kirchnerista. Con algunos matices pero con la misma esencia, Joaquín Morales Solá, Ricardo Roa y Julio Blanck le dedicaron sus columnas a los camaristas Jorge Ballestero y Eduardo Farah, quienes no solo consideraron que la libertad de López no pone en riesgo el curso de la investigación, sino que también modificaron la carátula del caso, en otro beneficio para el acusado.

Porque pese a que el dueño del Grupo Indalo seguirá procesado, ya no estará acusado de Defraudación al Estado por quedarse con $8 mil millones (ahora son $17 mil millones, por los intereses), sino que lo está por evasión impositiva.

Cristóbal López ya no estará acusado de Defraudación al Estado por quedarse con $8 mil millones, sino que solo será por evasión impositiva.

Esta decisión, que le permite ingresar a una moratoria que incluye quitas, intereses muy bajos e interminables cuotas para pagar la deuda, fue calificada por Morales Solá como "un verdadero escándalo político y moral".

"El regreso a la impunidad", tituló, ya que el cambio de carátula acaba con la inhibición de bienes para López y su socio, Fabián De Sousa, porque es solo aplicable al delito ahora eliminado. Y, a su vez, esto también les permite poder -ahora sí- vender el Grupo Indalo en su totalidad.

Y aunque los tres editorialistas celebraron con mesura la citación a indagatoria a Daniel Scioli por corrupción en la construcción de ocho centros de atención médica, utilizaron varias líneas para justificar el "escándalo" con la simpatía hacia el kirchnerismo de los jueces.

Joaquín Morales Solá: "La liberación de Cristóbal López constituye un verdadero escándalo político y moral".

Es que, según Roa, Ballestero fue juez preferido del menemismo y del kirchnerismo, en tanto lo asoció al camarista Eduardo Freiler, quien, junto a Farah, taparon "ollas podridas" del kirchnerismo como la emblemática causa Skanska en 2006.

Por su parte, Blanck reclamó que aceleraran las causas contra la ex presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner: "De juicios orales y eventuales condenas para abajo".