La salida de Martín Ocampo del Ministerio de Seguridad de la Ciudad de Buenos Aires tensionó la relación entre el Ejecutivo porteño y el presidente de Boca, Daniel Angelici, amigo personal y padrino político del funcionario desplazado. La final de la Copa Libertadores había atenuado ese enfrentamiento, pero hoy el Día del Hincha de Boca lo reavivó.

Los hinchas xeneizes tenían previsto asistir a La Bombonera para dar una demostración de entereza y orgullo después de la derrota contra River, quizás la más dura de toda la historia boquense. Pero esta mañana Boca informó que el Gobierno porteño no había permitido que el estadio abriera sus puertas, con la excusa de que la última vez que ocurrió algo similar (el entrenamiento previo al partido de vuelta de la final) la situación se desbordó.

Sin embargo, el secretario de Seguridad de la Ciudad, Marcelo D'Alessandro, salió al cruce de esa versión y apuntó directamente contra el club, en un tiro por elevación a Angelici: "Nosotros no impedimos la apertura de La Bombonera, le hicimos una serie de pedidos a Boca y fue el club el que no cumplió".

Según el funcionario, segundo de Diego Santilli, explicó en TyC Sports que lo que el Ejecutivo pidió fueron "los requisitos de siempre para brindar seguridad en este tipo de eventos masivos" y sostuvo que el motivo fue, precisamente, el último episodio: "Venimos de una fecha que se realizó el entrenamiento a puertas abiertas y fue clausurado por exceso de publico".

Las declaraciones de D'Alessandro desataron la ira de los hinchas de Boca en las redes sociales, que comenzaron a lanzar una catarata de insultos contra el presidente del club y algunos hasta propusieron concentrarse igual en Brandsen 805, aunque el estadio no abra sus puertas. Otros decidieron ir al Obelisco.

Ayer, Angelici había anunciado que daría una conferencia de prensa, en la que estaba previsto que se refiriera al tema, y la suspendió en el preciso momento en que se conoció que Juan Román Riquelme daría una entrevista minutos después.