“Cuidate vos y tu familia”, dice uno de los papeles que llegó a manos de Jorge Solmi, secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, a pocos días de cumplir 56 años y en el día del natalicio de su hijo.  

En diálogo con El Canciller, el funcionario afirmó que lo sucedido es “una porquería” y dio detalles sobre el posible origen del ataque: “En Pergamino, como en casi todas las localidades del Interior, hay productores autoconvocados que tienen un grupo de WhatsApp. Aunque no pertenezco a ese grupo me hacen llegar mensajes y audios que siempre han sido violentos, pero sólo en lo verbal”. 

El pasado 3 de abril, la violencia se volvió tangible: “Apareció un audio de un productor instigando a pegarme, a hostigar a mi familia, a no dejarme caminar tranquilo por la calle, a que me tenga que retirar de los lugares. Eso fue el sábado, y el domingo aparecieron las notas con amenazas”. Si bien entiende que no hay motivo para semejante agravio, el funcionario considera que este hecho nace por “intolerancia política”, a través de grupos que “se instalaron en 2008 y no toleran la disidencia”. 

Trayectoria

Desde que terminó sus estudios de abogacía en la UBA, en diciembre de 1991, Jorge Solmi se orientó al derecho económico empresarial como especialidad y lo complementó en todos sus trabajos con la actividad agrícola. Siempre “con mucho disfrute”, según se presenta en las redes. Por estos días, disfrutar parece una misión imposible, aunque confirma: “Estamos bien, tomando las precauciones que hay que tomar y haciendo los trámites judiciales”.

Nacido en Pergamino, al norte de la Provincia de Buenos Aires, donde vive hasta hoy, Solmi traza desde 1992 un vasto camino en estamentos privados y públicos. Su primera experiencia conocida fue internacional: en Río de Janeiro, Brasil, trabajó para importadores argentinos y uruguayos luego de la quiebra de la línea aérea Pan Am.

Entre 1993 y 2003 fue asesor del directorio del Banco de la Provincia de Buenos Aires. Allí, tuvo su silla personal en las comisiones de Recupero, Crédito, Administración y Recursos Humanos. Además, colaboró con distintas gerencias de la institución, como por ejemplo las de Asuntos Legales, Inversiones, Crédito Pyme y Crédito Agropecuario. 

Comenzó a transitar los pasillos de la Federación Agraria Argentina (FAA) muy seguido desde 2002, cuando se encargó de la coordinación general de la delegación Capital Federal. Sus tareas, entre otras, consistían en relacionarse con la prensa y con organismos privados o públicos. Permaneció en ese lugar hasta 2005. Al año siguiente pasó a la Comisión Nacional de Semillas, de donde se fue en 2010. Antes, en 2009, se gestaría su carrera política: fue electo diputado provincial de Buenos Aires por el Frente Renovador. 

Jorge Solmi. Foto: NA.
Jorge Solmi. Foto: NA.
La política

En la legislatura bonaerense fue vicepresidente de la Comisión de Asuntos Agrarios e integró las de Presupuesto y Producción. Presentó proyectos de ley relacionados directa o indirectamente a su rubro de interés. Por ejemplo, aquel que buscaba establecer la obligatoriedad de realizar simulacros de evacuación ante emergencias o catástrofes de origen natural o antropogénicos en las instituciones públicas de la provincia. Finalizó su mandato en 2013 y, hasta 2017, permaneció en la política asesorando a otra legisladora provincial de su bloque, María Ratto, quien también es su esposa. 

 Solmi siguió su camino lejos de los pasillos legislativos pero siempre cercano a la agricultura. De allí nunca se alejó. Entre 2014 y 2015 ofició como vicepresidente segundo de la FAA. Y en 2016, tuvo su última experiencia antes de entrar a los ministerios: dirigió el Fondo de Garantías de Buenos Aires (FOGABA). 

A la cartera de Agricultura, Ganadería y Pesca dirigida por Luis Basterra entró reemplazando a Julián Echazarreta, quien renunció por motivos personales en febrero de 2021. Empezó, entonces, una exposición pública que Solmi ya había experimentado como legislador pero que nunca había tocado límites tan perversos. De hecho, le contó a El Canciller que su esposa, cuando fue legisladora, también recibió amenazas por su actuación política. “Esa vez quedó ahí; lo de ahora fue más concreto”. 

Por estos días admite algo de temor, pero lo reconforta la solidaridad recibida por parte de exfuncionarios y legisladores que, incluso, apoyan en actos públicos a los grupos de productores que habrían armado el agravio. Además, explica que “todo el aparato estatal está en pleno movimiento” para identificar el origen del problema y protegerlo.