La diputada Elisa Carrió visitó los estudios de TN, una habitué, y dio un consejo insólito para afrontar la crisis económica: "A la clase media le pido que dé propinas y changas". El gesto patriótico para algunos y los privilegios para otros.

La frase de la dirigente de la Coalición Cívica tiene una doble intencionalidad clara. En primer lugar, oculta la nula respuesta del oficialismo para contrarrestar la crisis existente, y, por otro lado, hace parte a la clase media del fracaso económico del Gobierno.

El contexto de nulo crecimiento, devaluación feroz y alta inflación pone a prueba al modelo Cambiemos que no encuentra la salida. Sin embargo, en lugar de tomar la iniciativa con políticas que logren reducir los daños económicos, solo atina a pedir -otra vez- un esfuerzo a la clase media.

La propina, aceptada moralmente, tiende a avalar que el trabajador reciba un salario bajo que se complementa a través de la caridad del consumidor. El Gobierno no propone una suba de salarios. Todo lo contrario.

Busca cerrar paritarias por debajo de la inflación agravando aún más el depreciamiento del salario real de los trabajadores. Carrió no le reclama al Ejecutivo que interceda para favorecer a los trabajadores, deja en manos de la buena voluntad de la clase media la suerte de uno de los sectores más castigados por los errores de su equipo económico.

En la misma línea, la Diputada no le exige al Presidente que incentive la creación de empleos de calidad, sino que pide a la clase media que dé más changas. El Gobierno del siglo XXI, el mejor equipo de los últimos 50 años y de la lluvia de dólares termina incentivando el trabajo informal como forma más efectiva para reactivar la economía, mientras fomenta la timba financiera y la ganancia extraordinaria con las exorbitantes tasas del Banco Central.

Carrió no le exige a Macri que incentive la creación de empleos de calidad, sino que pide a la clase media que dé más changas.

Rápido de reflejos, Mauricio Macri se hizo cargo de la situación y le llevó tranquilidad a su gente: "Las retenciones no se tocan", tranquilizó al campo. Caras de plena satisfacción mostraron los miembros de la Mesa de Enlace a la salida de su encuentro con el Presidente, quien les confirmó que no habrá ninguna variación en la política que beneficia a los grandes sojeros.

Los ganadores del modelo están a la vista. Los especuladores retuvieron la liquidación de la soja para hacerlo con un dólar mucho más alto. Por ahora, el gesto patriótico es solo exclusivo para la clase media.