El cimbronazo económico de las últimas dos semanas dejó más expuesta que nunca la grieta que hay dentro de la alianza de Gobierno. Mientras los funcionarios del "ala política" admitían la crisis y alertaban en privado sobre el impacto en los sectores más vulnerables, en el sector de Marcos Peña apostaron a insistir con el libreto de la esperanza en el futuro, a tal punto que el jefe de Gabinete llegó a señalar que lo que ocurrió no se trataba de un fracaso.

El ministro del Interior, Rogelio Frigerio, encargado de negociar el Presupuesto mano a mano con los gobernadores, fue uno de los primeros en reconocer la crisis. Tras la disparada del dólar, admitió que hubo "errores no forzados" de parte del Gobierno y esta mañana, en diálogo con radio La Red, coincidió con el gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, en que hoy al país "no le cree nadie, ni la gente ni los mercados".

El ministro es una de las cabezas del sector de Cambiemos que apunta a tender puentes con la oposición, más en un marco de creciente rechazo a la política económica del Ejecutivo. Lo acompañan en esa empresa la gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, y el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta.

También en ese barco están el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, y radicales como Ernesto Sanz y el gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo, que junto con Frigerio oficiaron de laderos del presidente Mauricio Macri en la conferencia de prensa que brindó en Mendoza. Allí, el ministro del Interior, agradeció el "gran apoyo por parte de la mayoria de los dirigentes de la oposicion" para aprobar el Presupuesto.

Macri también les agradeció a los radicales, con los que admitió tener "historias y visiones distintas" pero destacó que sirvieron para complementarse y fortalecerse. También remarcó que hay "dirigentes (de la oposición) que están colaborando responsablemente". Frigerio se anotó un poroto. O unos cuantos.

En el otro extremo, Peña escribe el Diario de Macri con el libreto de Jaime Durán Barba. "Esto no es un fracaso económico", dijo en el Council of the Americas la semana pasada, e insistió en cargar las tintas sobre el contexto internacional, la herencia recibida del kirchnerismo y el escándalo de los cuadernos. 

Ayer, el portal A24.com reveló que la presentación del jefe de Gabinete en el Senado fue cancelada por exceso de optimismo y falta de autocrítica, en la misma línea que sus últimas intervenciones. Incluso, en una de las respuestas que tenía preparadas afirmó que "no existe el concepto de fuga de capitales". Con la reestructuración del Gabinete, Peña conservó su cargo pero perdió a su mano izquierda y su mano derecha, los vicejefes Mario Quintana y Gustavo Lopetegui.

Haciendo oídos sordos a las advertencias del team político, Peña fue más allá y utilizó las redes sociales -su ecosistema preferido- para difundir, a través de una nueva Carta de Jefatura -otro invento suyo-, los logros de los mil días de gestión macrista. Fue a través de un hilo de 17 tuits en el que destacó solo aspectos positivos en las distintas áreas de gobierno.