El Gobierno prefiere evitar los mensajes negativos por parte de los especialistas en economía que expresar la preocupación en torno a los niveles de inflación. Sin embargo, el escenario cambia cuando las empresas más poderosas del país también reflejan su postura frente a un tema sensible.

En esa lista se encuentra Techint, una de las compañías que pisan más fuerte en Argentina valuada en 6.200 millones dólares y que tiene como principales accionistas al grupo Faustín y la Familia Rocca.

En este sentido, el director Corporativo del Grupo Techint, Luis Betnaza, conversó con Luis Novaresio en Radio 10 y reconoció que "la inflación del 2,3 en marzo es preocupante”, aunque bajó un mensaje alentador y conciliador sobre el futuro de la economía.

"La preocupación es constante porque afecta las variables y expectativas de la sociedad. Yo igual estoy más atento a los motores de la economía real que a temas del momento”, añadió.

"Tenemos una agenda que está muy cargada de temas económicos y le perdemos un ritmo a lo que es un proyecto de ritmo país. Creo que (Cambiemos) está yendo en la dirección correcta. Vemos más el árbol que el bosque”, expresó sobre el escenario financiero del Gobierno.

Y explicó: "Tengo la sensación de que nos estamos intoxicando con aspirinas. Tenemos un problema y hay que aceptarlo, pero están sucediendo buenas cosas”. "Las líneas productivas de ventas están trabajando en condiciones razonables y estamos viviendo un clima de angustia que está más ligados a la coyuntura y no nos permiten transitar que es un país que sale de una enfermedad muy profunda y se encamina hacia algo más normal”, razonó en una charla con Novaresio.

En la misma línea, el director de Techint mostró sus coincidencias con las políticas que lleva adelante el Gobierno: "Estamos volviendo a la normalidad. Todo esto implican correcciones que al momento en que uno las hace pareciera el fin del mundo”.

Enemigos y amigos

Francisco Cabrera, el ministro de Producción que había encendido la mecha al pedir a los ejecutivos de las empresas que "dejen de llorar” y una réplica de cuestionamientos de la UIA por el aumento de las importaciones tensaron aún más de la cuerda.

Sin embargo, el 8 de marzo marcó un antes y después en la relación del Gobierno con los industriales. Después de críticas cruzadas y marcadas diferencias de un sector a otro, Marcos Peña se sacó una foto con Paolo Rocca en Campana (presidente de Techint) y eliminó todas las suspicacias que giraban en torno a un conflicto que incomodaba a Cambiemos.

Luego, encuentros en privado y una agenda compartida confluyeron en un buen escenario para que las partes recompongan su relación y jueguen, a pesar de algunos matices, el mismo partido. 

En Cambiemos celebran los tiempos de amigos con los industriales y empresarios. Saben que hay que estar alertas, pero reciben, incluso hasta en estos momentos con la inflación como principal preocupación, un mensaje ambiguo que, al menos por ahora, no confronta con las bases de las estrategia de Durán Barba (insistir con el 15% como meta oficial).