El Círculo Rojo no se siente cómodo con los vaivenes de la economía y prefieren una estabilidad cambiaria para saber cómo y dónde invertir. O especular. Por eso, los empresarios más poderosos del país concentran su discurso y coinciden en que "no será un año sencillo”.

Entre los Ceos de primer nivel, Paolo Rocca, la máxima autoridad de Techint, salió expresar la preocupación que hay por el rumbo financiero que propone Cambiemos, con los tarifazos como una de las banderas, la vuelta al Fondo Monetario Internacional y la corrida del dólar como un condimento extra.

"2018 no será un buen año para Argentina. Será un año difícil en el que habrá que dar algunas noticias 'no buenas' porque hay que recuperar el equilibrio", reveló Rocca en una entrevista a La Nación.

"2018 no será un buen año para Argentina. Será un año difícil en el que habrá que dar algunas noticias 'no buenas'", dijo Rocca

En este escenario, el Ceo de Techint afirmó que "el proyecto de transformación del país, que empezó hace dos años y medio, tenía y sigue teniendo una visión de largo plazo de la Argentina que es, a mi juicio, racional y positiva, y sobre la cual se pueden construir proyectos de inversión muy grandes”.

"Las empresas siguen viendo la Argentina como una oportunidad. No creo que hayan cambiado de punto de vista en esto. Posiblemente hayan cambiado los plazos. ¿Podemos mirar esto con una lógica de corto plazo? Creo que no”, añadió, con un guiño a Cambiemos a pesar del reto por la inestabilidad de las diferentes variables de la economía.

La misma alarma de Techint, un mes atrás

En esta sintonía, hace poco más de tres semanas atrás el director Corporativo del Grupo Techint, Luis Betnaza, conversaba con Luis Novaresio en Radio 10 y reconocía que "la inflación es preocupante”.

"La preocupación es constante porque afecta las variables y expectativas de la sociedad. Yo igual estoy más atento a los motores de la economía real que a temas del momento”, añadió.

Enemigos y amigos

Francisco Cabrera, el ministro de Producción que había encendido la mecha al pedir a los ejecutivos de las empresas que "dejen de llorar” y una réplica de cuestionamientos de la UIA por el aumento de las importaciones tensaron aún más de la cuerda.

Sin embargo, el 8 de marzo marcó un antes y después en la relación del Gobierno con los industriales. Después de críticas cruzadas y marcadas diferencias de un sector a otro, Marcos Peña se sacó una foto con Paolo Rocca en Campana (presidente de Techint) y eliminó todas las suspicacias que giraban en torno a un conflicto que incomodaba a Cambiemos.

Luego, encuentros en privado y una agenda compartida confluyeron en un buen escenario para que las partes recompongan su relación y jueguen, a pesar de algunos matices, el mismo partido. 

Hoy, sin embargo, la aparición pública de Rocca en los medios golpeó las puertas de la Casa Rosada, alarmando por una posible fisura con uno de los sectores más poderosos del establishment.