"La cláusula de rescisión de Lautaro es de ocho mil putos millones de pesos”. Víctor Blanco no se anduvo con vueltas. Sentado en su cómoda oficina de Puerto Madero, y mientras su asistente le recortaba los pelos de la nariz, el poderoso presidente de Racing se dedicó todo el lunes a remarcar precios, con números que fueron duramente cuestionado en redes sociales. 

Para Blanco, la inflación de marzo fue del 12,45%. "El otro día lo comentaba en un almuerzo con (Mario) Quintana, (Gustavo) Lopetegui y (Sergio) Berti: la suba de precios está completamente fuera de control”, aseguró el dirigente, y anticipó que en las próximas horas llegarían empresarios chinos para llevarse a su jugador estrella o "un pedazo de la Patagonia, si los chilenos dejaron algo”.

Su preocupación es compartida dentro del equipo económico de Cambiemos. Fuentes gubernamentales aseguraron que en el caso de Federico Sturzenegger, incluso "le preocupa más que la caída del pelo”.

En ese contexto, Mauricio Macri reunió a su mesa chica y tuvo duros conceptos sobre el rumbo económico. "No puede ser”, arrancó su arena, y continuó: "No puede ser, posta, no puede ser”. 

Al jefe de Estado le siguió otro encendido discurso, el de Gabriela Michetti. "Hay que sentarse a dialogar con todos los sectores”, se la jugó la vicepresidenta. Consultada por "cuáles sectores”, abundó: "Todos, desde los empresarios hasta los trabajadores, pasando por la inflación, que también tendrá cosas para decir”.

Minutos más tarde tomó la palabra Marcos Peña, quien no quiso "culpar a nadie en particular”, aunque interrumpió a Sturzenegger para decirle "vos cerrá el orto”, lo cual dejó entrever cierto malestar con el presidente del Banco Central.

De todas maneras, nada se definirá antes del retiro espiritual del gabinete que se producirá a fines de mayo en Ucrania, en curiosa coincidencia con la final de la Champions League. Después de eso, y aunque se especula que podría ser luego del Mundial, habría algunos cambios de nombres en la búsqueda de una solución.

Para el mientras tanto, no se esperan grandes novedades: "Solo lo lógico, que salir a morfar te cueste menos que mudarte o que comprarte una remera salga más barato que un asesinato en ocasión de robo”, se ilusionó un ministro macrista que usa kipá, pero prefiere mantener el anonimato. Habrá que creerle.