En una sesión que sorprendió en el último minuto por el resultado adverso para el oficialismo, la Cámara alta rechazó la ley de Ficha Limpia debido a la votación de dos senadores que le permitieron al Frente de Todos alcanzar 35 votos en contra -frente a 36 a favor- y despojar de la mayoría absoluta (37) a quienes esperaban convertir en ley Ficha Limpia, la iniciativa que impedía candidatearse a personas con condena firme en segunda instancia, lo que hubiera dejado fuera de cualquier competencia electoral a Cristina Kirchner, con tal sentencia en la causa Vialidad.

La negativa al proyecto del PRO impulsado por el oficialismo se concretó gracias a la sumatoria al repudio anticipado del kirchnerismo de dos legisladores misioneros a los que los defensores de la medida acusan de haber cambiado la intención de su voto. Se trata de Carlos Arce y Sonia Rojas Decut, los dos miembros del bloque Frente Renovador de la Concordia Social.

Finalmente, fueron los protagonistas indiscutidos -junto al bloque opositor kirchnerista- del freno inesperado al proyecto que ya tenía media sanción de Diputados y modificaba las reglas de elegibilidad para los aspirantes a cargos públicos. El punto clave es que bloqueaba el acceso a quienes tuvieran la citada condena confirmada en relación con delitos contra la administración del Estado, como es el caso de la exmandataria.

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Pese a un primer momento de incertidumbre sobre los apoyos, y luego de meses de rosca política, Arce y Rojas Decut habían ratificado a los oficialistas o dialoguistas que les consultaban que apoyarían la normativa, según trascendió en los pasillos del Congreso.

Pero la historia terminó siendo otra, porque dentro el recinto, cuando llegó la hora de la verdad, hicieron todo lo contrario. Incluso, una legisladora expresó: "Les pregunté si estaban ok hace un rato y me respondieron que sí".

"Siempre actuamos en equipo", había aseverado días atrás en una radio local la legisladora ahora en el ojo de la tormenta. Y agregó: "Creemos que Ficha Limpia tiene que salir, la sociedad lo demanda". 

Si bien en la Casa Rosada y entre los aliados estaban seguros de alcanzar las 37 voluntades para sancionar la ley que dejaba fuera de carrera a la líder del Partido Justicialista, en las filas oficialistas llamó la atención que horas antes del inicio de la sesión que terminó en fracaso había aparecido un dictamen de minoría del kirchnerismo que les mostraba una nueva jugada de último momento.

Con ella, buscaban abrir una discusión en particular del texto para devolverlo, en segunda revisión, a la Cámara baja. Finalmente, esa iniciativa se rechazó y los senadores votaron a mano alzada pasadas las 22 que la decisión sobre la norma sería en general y en particular en conjunto, mediante voto electrónico. Minutos después, la pantalla mostró el inesperado revés para el Gobierno y para el PRO y la vicepresidenta Victoria Villarruel leyó el resultado: 35 en contra y 36 a favor, apenas a uno de la mayoría absoluta necesaria para aprobarla.

"Cuando terminó la votación me di vuelta y los dos misioneros ya se habían escapado, salieron rajando. Parece que la Argentina no tiene salida", aseguró este jueves el senador amarillo Alfredo De Angeli.