La asunción de Luis Arce como nuevo presidente de Bolivia tendrá lugar con un acto con representantes de más de 100 países, entre ellos, el jefe de Estado argentino, Alberto Fernández, a partir de las 10.30 en la Asamblea Legislativa Plurinacional.

Sin embargo, posiblemente las dos de las principales figuras políticas de la escena -y quizás las que más sentimientos encontrados generan- no estarán presentes. Se trata de los expresidentes Evo Morales y Jeanine Añez. La ausencia de ambos retrata la tensión que todavía recorre al país y que, el jueves pasado, llevó al Movimiento al Socialismo (MAS) a denunciar un atentado con dinamita en su sede partidaria cuando Arce se encontraba teniendo una reunión.

Morales publicó un breve texto en redes sociales donde agradeció "la invitación de presidentes de las Cámaras de la Asamblea Legislativa para participar en ceremonia de posesión de @LuchoXBolivia" pero "lamentablemente, por razones de conocimiento público no podré asistir, pero los acompañaré desde la distancia".

Se refiere a que las autoridades de facto de Bolivia fueron quienes organizaron la ceremonia de toma de posesión y no lo invitaron a él ni tampoco a Nicolás Maduro, de Venezuela.

Añez, en tanto, anticipó que se recluirá en Beni, su departamento natal, donde aguardará por las causas judiciales que seguramente deberá afrontar por la represión ilegal durante su mandato.

Tras rumores sobre un pedido de salida del país y exilio en Estados Unidos, la exsenadora manifestó: “Aquí me quedo, a seguir aportando en el lugar que me toque, tengo causas, defenderé los bonos y la democracia”.

En estas condiciones, la ausencia de Morales y la expresidente de facto en la asunción de Arce anticipa uno de los principales desafíos que tendrá el nuevo mandatario durante su gestión que es poner fin a la polarización y tensión que recorre al país.