En el marco de una protesta de choferes de varias líneas de colectivos, que intentaron cortar totalmente el tránsito desde la localidad bonaerense de Avellaneda hacia el Puente Pueyrredón, se generaron disturbios y un oficial de las fuerzas de seguridad resultó herido. 

Los conductores reclamaban mejoras salariales y se expresaban en contra del convenio firmado por la Unión Tranviarios Automotor (UTA) con las empresas de transporte cuando se produjeron los incidentes, mientras miembros de Prefectura y de la Policía Federal que buscaban contener a los manifestantes. 

Los trabajadores afiliados a la UTA protestaban por la emergencia salarial y en disconformidad con el último acuerdo paritario firmado por el secretario general del sindicato, Roberto Fernández, con las cámaras del sector, que llevará el salario básico -en dos tramos en mayo y junio- a $1.300.000, cuando el objetivo de las bases estaba en torno a $1.700.000.

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En medio de la lluvia torrencial que azota al Área Metropolitana de Buenos Aires, agentes de ambas fuerzas bajo el mando de Patricia Bullrich quisieron despejar los carriles para normalizar el tránsito en el momento en que se provocaron forcejeos con los trabajadores que estaban realizando la manifestación.

En el marco de una tensión creciente, hubo algunos enfrentamientos entre cerca de un centenar de colectiveros que se nuclearon desde las 9. Estaba previsto repetir la acción de protesta de 16 a 18, según anunciaron los organizadores de la protesta por el descontento salarial.

Entre las líneas de los choferes que adhirieron al reclamo se encuentran los sindicalizados de las empresas La Cabaña, Almafuerte 378, Empresa del Oeste y las líneas 1, 12, 15, 22, 26, 33, 37, 39, 46, 53, 55, 60, 70, 96, 98, 102, 103, 105, 118, 119, 124, 132, 152, 153, 164, 179, 203 278, 500, 527 y 620.

A través de un comunicado, manifestaron su "más enérgico repudio al último acuerdo paritario firmado, que representa una falta de respeto" porque -de acuerdo a lo expresado- fue avalado en un contexto de "inacción, conveniencia y tibieza" de la conducción sindical en manos de Fernández.

"Año tras año y paritaria tras paritaria, esas decisiones fueron deteriorando nuestro salario", advirtieron y añadieron rechazaron el topo de alzas impuesto por la administración libertaria, a través de la secretaría de Trabajo.

"A la débil representación gremial hay que sumarle el cepo paritario del 1% mensual que impuso el Gobierno Nacional bajo amenaza de no homologar el acuerdo, o sacar un aumento por decreto, condicionando de esta manera la discusión salarial en perjuicio de los trabajadores/as y en favor de las cámaras empresariales", recriminaron.

En la misma línea, sumaron: "No podemos guardar silencio ante semejante atropello a la dignidad de nuestras familias, pero debemos analizar y conocer cuales son las acciones, decisiones y responsabilidades que nos llevaron a esta crisis".