Un médico de la clínica Olivos apuntó contra Luque y Cosachov en el juicio por la muerte de Maradona: “Me pedían sedarlo”
En una nueva audiencia declaró Fernando Villarejo, jefe de la Unidad de Terapia Intensiva del centro de salud donde operaron al astro de un hematoma subdural en la cabeza en noviembre de 2020.
Nuevamente el testimonio de un testigo complica la situación de Leopoldo Luque y Agustina Cosachov, apuntados como dos de los máximos responsables de la muerte de Diego Maradona el 25 de noviembre de 2020. En este caso, fue Fernando Villarejo, jefe de la Unidad de Terapia Intensiva de la Clínica Olivos, quien declaró en una nueva audiencia y denunció el accionar del neurocirujano y de la psiquiatra: "Me pedían sedarlo".
Villarejo fue el responsable de velar por la salud de Maradona en las horas posteriores a la operación que le realizaron el 3 de noviembre por un hematoma subdural en la cabeza. Según su relato, tras la intervención quirúrgica, el Diez era "inmanejable" debido a "alguna abstinencia" e insistía con que quería irse a su casa. Luque y Cosachov mostraron su preocupación ante esta situación y solicitaron "medicarlo".
"Lo que nos pedían era sedar al paciente, Cosachov y Luque me lo estaban pidiendo. Fue difícil esa reunión porque yo me negué específicamente. Me parecía que no era el lugar e hice constarlo". Luego, dio las razones que consideró pertinentes para justificar su postura: "Uno de los motivos por los cuales uno necesita una sedación es para iniciar un proceso de abstinencia o desintoxicación. La forma es sedarlo profundamente e ir reduciendo la dosis por 48, 72, 96 horas para que después de ese tiempo uno le pueda administrar sedantes en pequeñas dosis", declaró el médico.
A pesar de que expuso claramente los riesgos que corría el paciente, se decidió sedarlo. "Hubo que ponerle un catéter venoso que no fue fácil porque no se dejaba. Lo tuvimos sedado 24 horas, pero uno sabe que cuando a un paciente se lo seda para revertir un proceso de abstinencia, se requiere un proceso más adecuado, con un horizonte que no se termina en 24 horas", detalló.
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Según sus declaraciones, Villarejo también se opuso a la externación. El médico insistió con que sea atendido en un centro de rehabilitación que cuente con personal multidisciplinario atento a su cuadro de abstinencia. Sin embargo, Maradona fue llevado a una casa en Benavídez donde continuó con su internación domiciliaria.
"No era un paciente para estar en una internación domiciliaria, nosotros hace días lo teníamos internado monitoreado y no creía que había que desinstitucionalizarlo", argumentó. Confirmó que la decisión la tomó Luque, y que debió ser respetada ya que "él era el médico de cabecera de Diego".
Además, también puso en tela de juicio la decisión de operar a Maradona en primera instancia. En ese sentido, explicó: "No es de buena práctica someter a un paciente a una cirugía sin los estudios prequirúrgicos. Se hizo porque todos sabíamos quién era el paciente. Lo decidió su médico de cabecera. Nosotros sugerimos que se le hiciera un electrocardiograma y un análisis de sangre. Con personas como Maradona, eso puede pasar, pero debería ser al contrario".
"Estaba sin foco neurológico, tampoco lo tenía previo a la operación. Es decir, no tenía ningún signo visible de que el hematoma subdural lo hubiese afectado. El que dice que lo había afectado es su médico de cabecera, Luque", aseguró.