En el marco del juicio oral por la muerte de Diego Maradona, este martes se llevó a cabo la duodécima audiencia, en la que declararon una psiquiatra y dos administrativos de la clínica Olivos, quienes en aquel momento trabajaban para la prepaga Swiss Medical.

En primer lugar declaró Ana Marcela Waisman, cuyo testimonio fue el de mayor relevancia de la jornada, dado que debió defenderse luego de un audio publicado por la querella, en el cual la psiquiatra Agustina Cosachov le indica al médico Leopoldo Luque las recomendaciones que su colega le hizo para protegerse legalmente una vez que el astro futbolístico fuera externado. 

"Ella me sugirió, y la verdad que yo respeto mucho en esto la postura de ella, que legalmente nos convenía a nosotros, que en realidad es verdad, hacer una última evolución diciendo que la familia, frente a las distintas opciones terapéuticas y comprendiendo y entendiendo los riesgos de las opciones, se ponen de acuerdo y optan por la internación domiciliaria", rezaba el mensaje de Cosachov a Luque, en base a lo recomendado por la psiquiatra.

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Lo que buscó dejar en claro la querella, en este caso, es el involucramiento de Waisman ante la polémica decisión de la internación domiciliaria que decidió el entorno del exfutbolista luego de su operación, y que su familia, incluida sus dos hijas, Giannina y Dalma, denuncian como una de las resoluciones que más afectaron posteriormente la salud del astro.

"Lo que hablamos son criterios médicos, de evaluaciones y la internación domiciliaria y no de prevención legal. Lo que dije que tiene que quedar claro es la decisión del paciente, de los médicos y de la familia", explicó Waisman.

Luego fue el turno de los administrativos Enrique Esteban Barrios y Germán Dornelli. A ambos le consultaron por qué no había "aparatología médica adecuada" para auxiliar a Maradona en su casa de Tigre, donde finalmente falleció. Los dos respondieron que la prepaga no prestaba dicho tipo de servicios.

"No brindamos equipo que hay en una terapia. El equipo más complejo que damos es un respirador. Una internación domiciliaria es algo más complejo, con equipos más específicos que nosotros no tenemos. Jamás brindamos un monitor cardíaco", indicó Barrios.

Por el caso, fueron imputados el neurocirujano Luque; la psiquiatra Cosachov; el psicólogo Carlos Díaz; el enfermero Ricardo Omar Almirón; su jefe, Mariano Perroni; el médico clínico Pedro Pablo Di Spagna; y la coordinadora, Nancy Edith Forlini, por el delito de homicidio simple con dolo eventual, que prevé una pena de ocho a 25 años de cárcel, según establece el Código Penal.