De a poco, los interrogantes sobre la muerte de Diego Maradona empezaron a despejarse durante el juicio. Este jueves, cuatro testigos complicaron con su declaración al neurocirujano Leopoldo Luque, señalado por todos como la persona que decidió operar de la cabeza al ídolo 20 días antes de su muerte, dado que alegaron que no era necesaria la intervención.

El testimonio más trascendente lo dio Flavio Tunessi, el médico traumatólogo del club Gimnasia y Esgrima de La Plata, quien tuvo un rol clave previo a la cirugía debido a que lo veía casi diariamente en la sede del equipo platense.

Se trata de un profesional de la salud que notó un importante cambio en la salud del astro mundial entre el partido que marcó la reanudación del fútbol en plena pandemia y la celebración de su cumpleaños número 60, que se hizo en el estadio de Gimnasia. "Lo vi muy desmejorado, con poco ánimo y se tambaleaba", recordó de aquel evento, en la antesala de la operación.

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"Al otro día me habla Luque, me dijo que nadie lo vio bien y me preguntó si se podía hacer una internación, estaba deshidratado, anémico. Yo dije que no tenía drama", recapituló Tunessi.

En el chequeo encontraron un hematoma subdural, pero los tres profesionales que intervinieron en la evaluación del estudio y que declararon este jueves coincidieron en que no requería de ser operado, porque no era una emergencia. Los otros tres involucrados son el clínico Marcos Correa; el jefe de neurología del hospital, Guillermo Burry; y el neurólogo Martín Cesarinni. 

Sin embargo, a pesar de la recomendación del equipo médico del sanatorio, Luque hizo su propia evaluación, decidió intervenirlo quirúrgicamente de urgencia y pidió su traslado a la Clínica Olivos.

El pasado martes, se había retomado el juicio por la muerte de Diego Maradona con una nueva audiencia en los Tribunales de San Isidro. Verónica Ojeda, expareja del astro, declaró durante casi cuatro horas, y también apuntó contra Luque.