Marcela Echagüe realizó un macabro hallazgo en Pilar cuando fue a la casa de su tía, María Claudia Sack, de 65 años. Allí, luego de un tenso encuentro con la pareja de la víctima, Franco Rubén Giménez, debió llamar a la Policía que, al revisar la vivienda, encontró una bolsa llena de huesos quemados.

Según el relato de Echagüe, fue a visitar a su tía, de 65 años, con quien no tenía contacto desde comienzos de abril. Sin embargo, en la casa de su familiar se encontró con su pareja, de 32 años, quien aseguró que Sack había viajado a Córdoba.

La sobrina dudó de su versión y optó por llamar a su tía al celular. Al hacerlo, escuchó cómo el teléfono sonaba dentro de la ropa de Giménez, que, nervioso por la situación, huyó del domicilio situado en México al 1129.

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Echagüe dio cuenta de la situación a la Policía, que se presentó en el lugar de los hechos y comenzó a examinar el terreno. Allí fue cuando encontraron restos óseos calcinados dentro de una bolsa ubicada en el tacho de basura. Al consultar a los vecinos, respondieron que la última vez que habían visto con vida a Sack fue a mediados de abril.

La Policía dio comienzo a una investigación para encontrar a Giménez, que se había dado a la fuga. Además, la autopsia confirmó que los huesos pertenecían a la mujer, que primero fue descuartizada y luego incinerada.

Tras un amplio operativo, lograron capturar al fugitivo en José C. Paz. Autoridades policiales confirmaron que el detenido posee antecedentes penales por resistencia a la autoridad, violencia doméstica y amenazas, todos en los últimos dos años.

La causa, a cargo de la UFI de Género de Pilar, fue caratulada como homicidio doblemente agravado por el vínculo y por mediar violencia de género.