Una beba recién nacida falleció en el Hospital de la Madre y el Niño, ubicado en la provincia de La Rioja, donde su madre fue detenida tras el parto, luego de que diera positivo el análisis sobre presencia de cocaína y alcohol en sangre.

Erika, de 29 años, cursaba la semana 39 de embarazo cuando, según trascendió del reporte médico, comenzó a tener un fuerte malestar en su casa durante el pasado viernes por la mañana. Entonces, la gestante se comunicó con el Servicio de Emergencias y una ambulancia la trasladó hacia el citado centro de salud.

La mujer llegó acompañada de su pareja, quien negó ser el padre de la niña. "Los médicos, cuando los vieron llegar, notaron que estaban bajo efectos de sustancias", señaló la jueza Gisela Flamini, titular del Juzgado de Instrucción de Violencia de Género y Protección Integral de Menores N°2, que quedó a cargo de la causa.

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El parto se llevó a cabo mediante una cesárea y la niña nació durante el mediodía, pero -debido a su delicado estado de salud- fue ingresada de inmediato en el área de neonatología, donde su pronóstico era reservado.

Entrada la medianoche, la bebé sufrió un paro cardiorrespiratorio. Tras el deceso, la carátula de la causa se modificó a "homicidio agravado por el vínculo", con Erika como imputada.

"Tenían un registro de un aborto anterior, se dice que en similares características, en cuanto a que ella habría llegado en un estado similar", aportó la jueza en declaraciones al medio local El Expediente La Rioja. 

La magistrada manifestó que la actitud de la mujer no fue colaborativa durante la internación y que no mostraba señales de conmoción ante lo sucedido. 

"Entiendo que puede ser por su situación de adicciones", expresó Flamini, al tiempo que contó que el consumo de drogas no exime a la madre de la responsabilidad penal, por lo que solicitará una pericia psicológica para determinar su estado mental.