"Mi hijo es una mierda de persona y se tiene que pudrir en la cárcel": el testimonio del padre de uno de los asesinos de La Plata
Héctor entregó a la Policía a uno de los delincuentes menores de edad que arrastraron con un auto robado a la nena de 7 años que murió en la noche del martes en la capital bonaerense.
El padre de uno de los delincuentes detenidos por el crimen de Kim Gómez en La Plata calificó este miércoles de "una mierda de persona" a su hijo, a quien entregó a la Justicia. "Se tiene pudrir en la cárcel", subrayó Héctor, ferretero de profesión.
"Yo me había ido a comprar unas cubiertas a Buenos Aires y, cuando estaba volviendo, mi hija me dice: ‘Papi, Tobías se robó un auto y mató a una nena’. Le dije que me lo retuviera por ahí y lo entregamos. Ya venía renegando mucho con él, porque hace 20 días se robó otro auto", indicó el hombre.
Belén, una de sus tres hijos, también dialogó con la prensa y le pidió disculpas en nombre de su familia a los padres de la nena de 7 años.
"Les pido perdón a los padres de la nena, en nombre de mi papá. Nosotros lo entregamos a la Policía. Sentimos mucho dolor, por los papás de la nena y por mi hermano, y tenemos mucho miedo", expresó Belén.
La joven confesó que su hermano estaba "perdido por la droga" y que su padre "le dio muchas oportunidades". "Creímos que lo mejor no era internarlo. Pero hasta a mi papá, que le deba todo, le robó", sostuvo antes de recordar que en los últimos tiempos lo dejaron solo para que "no involucrara" a la familia en hechos delictivos.
Kim Gómez murió anoche en la capital de la provincia de Buenos Aires, después de ser arrastrada durante casi 15 cuadras por un Fiat Palio rojo que los delincuentes, de 14 y 17 años, le habían sustraído a la madre de la nena.
Se intenta establecer si la niña se arrojó con el auto en movimiento al verse a merced de los adolescentes, quienes minutos antes habían asaltado un supermercado, o si fueron estos quienes la tiraron del vehículo.
El cuerpo de Kim, con múltiples lesiones por arrastre, fue encontrado debajo del Fiat, que fue abandonado en un descampado platense, minutos antes de que la Policía detuviera a los asesinos.