"He decidido no hacer comentarios sobre remiseros 'arrepentidos' que dicen haberme visto en pijama, ni tampoco opinar sobre ex funcionarios de cuarta línea, también 'arrepentidos', que nunca formaron parte de mis dos presidencias, pero que describen excursiones casi turísticas en mi dormitorio", comenzó la carta la senadora y líder de Unidad Ciudadana. 

Pero luego señaló que, como expresidenta, tenía la "obligación" de pronunciarse sobre los dichos de Romero y explicó, en líneas generales, que el mencionado decreto tuvo el aval unánime del Congreso y la renovación de la concesión fue sometida a audiencias públicas por una deuda que Hidrovía S.A., propiedad de Romero, mantenía con la AFIP.

"Le manifesté al Sr. Romero que ese problema no se podía solucionar en el ámbito del Poder Ejecutivo porque la AFIP no iba a hacer ninguna interpretación que implicara condonar una deuda. Le dije que yo no iba a firmar absolutamente nada sin la intervención del Congreso porque se trataba de materia impositiva", indicó la exmandataria en la carta publicada hoy.

Tras conocer la declaración de Romero en el marco de la causa denominada "los cuadernos de la corrupción", CFK sostuvo que sería "muy interesante" que el empresario dijera "a quién y cómo le pagó". "A mí nunca nadie me pagó nada por firmar ni este ni ningún otro decreto, ni por llevar adelante ninguna de las medidas de mis gobiernos", afirmó.

Por último, cuestionó el "evidente manejo extorsivo" de la figura del arrepentido que llevan adelante el juez Claudio Bonadio y el fiscal Carlos Stornelli. "Es sencillamente escandaloso, pero cuenta con el beneplácito de las más altas esferas del Poder Judicial, de los medios hegemónicos de comunicación y de este gobierno que ha provocado que nuestro país se esté cayendo a pedazos en medio de una verdadera catástrofe económica y social", concluyó.