En la calma de la mañana silenciosa el Senador Pichetto toma café negro, mira por la ventana, afuera hay un fondo con pinos.Todavía no se puso los pantalones y está en antiparras, camisa, corbata, Speedo y medias Tom.

Una luz redonda como una naranja ilumina por debajo el edredón del Senador Pichetto, que está en una carpa suave con una linterna en la mano, jugando solo a los vaqueros que tienen que asegurarse que los caballos tomen agua sin hacer ruido para que los indios no escuchen.

Medita siete minutos el Senador Pichetto después de haber hecho la meditación Pranayama secreta. En su mente azul conecta con un Ovni que le trae paz, desde arriba la tierra es siempre el mismo quilombo, no hay motivos para perder el temple de Sheriff mental.

Se agarra la cabeza por temas familiares y es humano dos minutos, hasta que se le hace raro ser una persona igual que todas, con palpitaciones.

En su mente azul conecta con un Ovni que le trae paz, desde arriba la tierra es siempre el mismo quilombo, no hay motivos para perder el temple de Sheriff mental.

El Senador Pichetto es un algoritmo de Netflix. Adentro tiene todo el deseo sumado de todos los que queremos que siga el cat.

Afuera de Pichetto, en el mundo enorme que incluye a este país hay una energía suelta en el aire que quiere más Macri y que estaba esperando tener una razón para creer que es posible.

El Senador Pichetto es pro-choice. Apoya la legalización del aborto con la frialdad de una ONG basada en Maryland. Los peronistas compran futuro y hoy la iglesia es el pasado.

Pichetto es el gran catalizador.

El Senador Pichetto es pro-choice. Apoya la legalización del aborto con la frialdad de una ONG basada en Maryland.

El Senador Pichetto quiere un mundo ordenado y Brooks Brothers, un mundo de personas libres conquistando la vida por si mismas, es un perro que ladra y muerde.

Dice que nunca se emociona, pero ¿quién le cree a un señor que juega a evitar con silencio el ataque Sioux?