Si bien la moneda estadounidense no subió por encima del nivel de precios a lo largo del 2017, la mayor parte de su alza se dio en el último mes del año. Tan sólo en diciembre, el tipo de cambio acrecentó su valor un nueve por ciento.

Esta subida abrupta del dólar frente al peso argentino complicó muchas operaciones que, si bien se efectúan con la moneda nacional, su precio depende en gran medida de la divisa extranjera. El principal de estos casos es la compra de una casa o bien la adquisición de un crédito hipotecario con el mismo fin.

De esta manera, quienes pactaron en noviembre la compra o venta pero recién concretaron su operación en los últimos días del año 2017 o principios del 2018, debieron pagar hasta dos pesos más por cada dólar acordado.

Varios testimonios dieron cuenta de estas complicaciones. Hay quienes en el momento de llevar la plata al banco para realizar la operación fueron advertidos (por la entidad) de que aún le faltaban algunos miles de dólares para concretar la adquisición del inmueble y, por lo tanto, debieron salir rápidamente a buscar ese monto en algún familiar o amigo.

En muchos casos, son los bancos -que tasan en pesos el valor de las propiedades- los que deben proveer facilidades o soluciones a los clientes cuando se dan este tipo de subidas abruptas del tipo de cambio. Por ejemplo, elevando el porcentaje de afectación de ingresos de la cuota de los créditos, el banco puede acrecentar la capacidad de pago de las familias.

Sin embargo, en la última subida, ningún banco otorgó facilidades y fueron los clientes mismos quienes debieron buscar auxilio en familiares o, incluso, vender su auto o pedir un préstamo fuera de la entidad bancaria para poder obtener el dinero necesario.