En concreto, el Comité de Política Monetaria -COPOM- del BCRA adoptará las siguientes medidas:

  • El BCRA podrá realizar ventas de dólares incluso dentro de la Zona de No Intervención cambiaria. Esto supone un cambio de 180% en el esquema financiero, ya que justamente su nombre hacía referencia a la imposibilidad de realizar subastas por parte del Banco Central cuando el tipo de cambio estuviese entre las bandas. Sin embargo, debido a la alta volatilidad y a la necesidad electoral de mantener al dólar calmo, se permitirán ventas cuyo monto y frecuencia dependerán "de la dinámica del mercado”.
  • Los pesos resultantes de estas ventas en el mercado cambiario no volverán a volcarse en la economía. De esta manera, el BCRA apunta a achicar el circulante de pesos, generando una mayor contracción económica, ya que los montos comprados se restarán de las metas de base monetaria de la entidad. Con la "plaza seca” de pesos, Sandleris espera que ese faltante se traduzca en una menor demanda de dólares.
  • Además, si el tipo de cambio se ubicara por encima del techo de $51,44, el Central incrementará las ventas diarias de 150 a 250 millones de dólares y podrá realizar intervenciones adicionales si considerase necesario. Los montos de las intervenciones quedarían prácticamente liberados.
  • Por último, el COPOM confirmó su decisión de no comprar divisas si el dólar llega al piso de la banda, es decir, por debajo de $39,75, evento cuyas probabilidades son escasas en el contexto actual.

Todas las medidas anunciadas por el BCRA apuntan a mantener la calma cambiaria de cara a las elecciones. La volatilidad del dólar golpea duramente las chances de Mauricio Macri de ser reelegido. Los cambios de la política monetaria fueron respaldados por el Fondo Monetario Internacional. En palabras de Gerry Rice, vocero de la entidad: "El FMI apoya las medidas del Banco Central de Argentina, que están bien calibradas para los desafíos que enfrenta el país”.