La ansiedad es un Telebeam de lo que no pasó todavía.

Estar ansioso es un trabajo muy agotador, requiere tener dos pensamientos al mismo tiempo. En un canal la atención está puesta en pilotear un auto de TC 2000 o lo que sea que estés haciendo en ese momento, en el otro ves con la mente las imágenes futuras de lo que te preocupa.

Si te fijas la música de Tiburón suena como un momento mala onda del bandoneón de Piazzolla. No escuché nada de Piazzolla, pero tiene que ser bastante así. La ansiedad es una pileta que se achica y se agranda todo el tiempo, mientras el tiburón no tiene apuro.

En unos años vamos a decir que ésta fue la época de la ansiedad. Los ansiosos somos mayoría.

La manera de evitar que la ansiedad te vuelva una versión aplanada de vos mismo es intervenir de manera intermitente. Un operativo permanente solo genera más ansiedad.

El Niño Que Todo Lo Sabe hace uso ninja del Google Calendar. Dice que el secreto está en hacerse una rutina, saber que en dos horas hay algo agendado, aunque sea leer un libro. El Niño Que Todo Lo Sabe se inocula a corto plazo para ganarle a la ansiedad, que es la preocupación larga.

En cambio, dormir la siesta es lo peor que se puede hacer si estás ansioso. Dormir con culpa no es descanso. La ansiedad tiene muchos niveles, y uno siempre es que no estás haciendo lo que pensas que deberías hacer.

Un minuto de cero ansiedad renueva como un recreo largo. Hay que dedicar media hora en Youtube de tutoriales de atención plena, y aprender a sentir sin pensamiento cuando te frotás la toalla por la cara, aprovechando el envión del momento optimista que es la ducha.

A la ansiedad hay que sobrevivirla, no ganarle. Salí a pasear con el mejor escritor argentino vivo. Fuimos al Parque Las Heras, y me dijo que lo fundamental es no volverse loco.

La ansiedad cursa en el terreno interminable de la imaginación, promueve una visión tremebunda de las cosas, compite por el monopolio de la interpretación negativa del mundo.

La ansiedad puede llevar al gran gol en contra de la profecía autocumplida. Por eso es fundamental lavarse el cerebro a favor, inventarse que une puede, que une sabe, que une es linde.

Está bien negar la realidad si es necesario. Peor es pasarla mal estando ansioso.

Hay que inventarse detalles de serie de Netflix para convencerse de que uno puede, sentirse protagonista, caminar al sol escuchando Don´t Give Up de Peter Gabriel cantada por la barra de Vélez o algún club tranca.